5 trucos para evitar que el pepino del gazpacho repita

Quizás lo menos agradable del gazpacho -si es que hay algo- es que repita a causa del pepino. Pero eso era antes de que te contáramos varios trucos para evitarlo y disfrutar a tope de la receta más veraniega

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El pepino es uno de los ingredientes esenciales del gazpacho. Combinado con el ajo, el tomate, la cebolla y el pimiento -además del aceite y la sal-, es uno de los vegetales que aporta a esta receta -protagonista de las sopas frías- su sabor característico. Puedes dosificar la cantidad -al igual que la de ajo-, pero, igualmente, te acabará repitiendo. Por eso queremos ofrecerte algunos trucos para evitarlo.

Un poco más sobre el pepino

Originario de la India, el pepino es una fruta -sí, fruta- que pertenece a la familia de las cucurbitáceas, de la que también forman parte melones, sandías, calabazas o calabacines. Contiene un alto porcentaje de agua, y eso se traduce en que aporta muy pocas calorías y escasos hidratos de carbono. Además, es rico en vitamina C y tiene un alto poder diurético, ayuda a hacer la digestión y a limpiar el intestino, si se mastica bastante. Y, por si fuera poco, es un producto con multitud de usos en cosmética por sus beneficios para la piel. Como lees, el pepino es todo ventajas para nuestro organismo.

Es un ingrediente que suele consumirse encurtido o crudo -pelado o con piel, que es donde se concentran las vitaminas y la fibra, aunque también su característico amargor-, como parte de ensaladas, smoothies, cremas y sopas frías, untables como el famoso tzatziki griego a base de yogur y guarnición de bocadillos, sándwiches o wraps. Es buen compañero de cítricos como el limón y la lima y de multitud de hierbas aromáticas frescas (menta, eneldo, albahaca, etc). Y, sobre todo, es uno de los ingredientes estrella del gazpacho, uno de los platos veraniegos por excelencia, de origen andaluz pero cuya fama ha transpasado fronteras.

Trucos para que el pepino no repita

El problema del pepino es que suele resultar indigesto y suele repetir -no por igual a todo el mundo- y la causa es porque contiene en su interior una sustancia blanquecina, una especie de gas, que hemos de liberar para evitar esa sensación desagradable, especialmente después de comer gazpacho. Así que, ¿cómo hacerlo? Te damos varios trucos.

1.- Siempre frescos

Parece muy obvio pero el pepino cuanto más tiempo tiene y más blando y arrugado está, más probabilidades tiene de repetir después de comerlo. Así que opta por comprar unos frescos, tersos pero tiernos y frescos, y no esperes demasiado tiempo a consumirlos. El primero es fácil, ¿no?

2.- Pincharlos

Rescatamos el truco infalible de nuestra querida Pepa Muñoz, en 'La Cocina de ¡HOLA!' y queremos refrescarte la memoria con el siguiente vídeo, a propósito, precisamente, de la receta de gazpacho que nos ofrece junto a Jorge Brazález. La cosa va de algo tan fácil como pincharlo.

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3.- Eliminar las semillas

Pese a que en muchas recetas se come entero, en el caso del gazpacho, una vez que tienes triturados todos sus ingredientes, hay que colarlo. Y aquí encontramos otro truco para evitar que el pepino repita y que es tan simple como pelarlo, dejándole algo de piel y, sobre todo, quitarle las pepitas interiores con una cucharilla de postre. ¡Ya lo tienes listo para usar sin miedo a sus temibles efectos 'repetitivos'!

4.- Cortar las puntas y frotar la pulpa

Una forma más de conseguir que resulte indigesto es cortar los extremos del pepino, sin pelar, y frotar la pulpa que queda con los dos extremos, de forma que iremos viendo cómo van soltando -y depositándose en los bordes- la sustancia blanquecina a la que nos referíamos al principio, que es una especie de savia, baba o espuma y es la causante de que este fruto repita, sobre todo en el gazpacho. ¡Y fuera pepinos indigestos!

5.- Agua, sal y vinagre

También hay otra forma de quitarle potencia al pepino y es cortarle las puntas, sumergirlo en agua fría con sal y un chorrito de vinagre, lavarlo y secarlo. Y uno más es partirlo en rodajas, colocarlas en un plato, ponerle sal por encima y tapar con otro plato y algo encima que pese bastante. Tras 10 minutos, se estrujan con los dedos, se escurre su jugo ¡y listos para usar!