¿Adelgazar tras los excesos navideños? ¡Huye de estas dietas!

Si has terminado las fiestas con algunos centímetros de más y te quieres deshacer de ellos, di NO a estas pautas de alimentación (por muy prometedoras que suenen)

Por

Casi con el sabor del roscón de Reyes aún en el paladar, nuestro Pepito Grillo de turno empieza a susurrarnos al oído: demasiadas comilonas, demasiados excesos, demasiada grasa, demasiado azúcar… ¡es hora de perder el peso ganado estos días! Y es curioso lo que ocurre entonces. Porque en realidad, sabemos de sobra que si hemos ganado unos centímetros y nuestro deseo es perderlos, no hay atajos posibles. Lo sabemos porque nos lo dice la experiencia propia. Y sin embargo, ¡qué fácil es dejarse embaucar por los cantos de sirena! En estas fechas surgen como setas todo tipo de dietas y planes de alimentación que te prometen reducir kilos como por arte magia, sin prácticamente esfuerzo. Dietas que debemos tener muy bien identificadas para, con solo escuchar su nombre, salir corriendo lo antes posible. Repasamos aquí las más habituales:

Dietas que ensalzan o demonizan determinados nutrientes

Es recomendable huir de argumentos como ‘las proteínas son las buenas y las que siempre debemos priorizar (dietas hiperproteicas); o ‘los carbohidratos son los malos de la película y hay que eliminarlos totalmente de la alimentación’... En realidad, los nutrientes no deberían determinar en sí mismos los planes alimenticios, sino que deberían ser los alimentos en su conjunto (esto es, valorar si un alimento es o no saludable en función de el total de su composición). Y es que no todo es blanco o negro; por ejemplo, un plato de pasta elaborada con harinas refinadas contiene carbohidratos y quizá no sea opción más saludable, mientras que una manzana también aporta carbohidratos, y es perfectamente sana.

Dietas excesivamente hipocalóricas

Claro que tomando 800 calorías al día adelgazaremos. Pero estaremos muertos de hambre todo el día. Esto hace que no sean dietas sostenibles en el tiempo, y que en cuanto las abandonemos, recuperemos rápidamente el peso perdido (si no, más).

Dietas basadas en un producto concreto

Ya sea alcachofa, limón, melocotón, savia de arce, agua de mar o el alimento que se nos ocurra… Las dietas basadas en un producto no solo no resultan eficaces en la pérdida de peso prolongada en el tiempo, sino que pueden acabar con la salud (dental, del aparato digestivo, etc).

Dietas garantistas en un plazo concreto y normalmente breve

¿Cuántas veces has escuchado eso de ‘Pierde X kilos en X días/semanas’? Este tipo de planes de alimentación se sirven a nivel publicitario de casos aislados como evidencia de que funcionan, cuando en realidad no están avaladas por ningún estudio científíco serio o solvente.

Dietas con el apellido ‘detox’

Ya hemos repetido en numerosas ocasiones que no existe ningún alimento o preparación (zumos, batidos…) que puedan ni depurar, ni detoxificar por sí mismo el organismo, y que los únicos que pueden cumplir esa misión son nuestros riñones y nuestro hígado. Así que, ¡huye de este reclamo publicitario!

Dietas propuestas por centros sin registro sanitario

Son centros de adelgazamiento o tiendas de herboristería, sin ningún tipo de registro sanitario, donde te ‘regalan’ la consulta dietética y te ‘obligan’ a comprar sus productos que, casualmente, sólo los fabrican y los venden ellos.

Dietas basadas en superalimentos

Tampoco existe ningún alimento con propiedades ‘mágicas’. Ni la chía, ni la espirulina, ni el kale, ni el té matcha… Es cierto que tienen propiedades saludables para nuestro organismo, pero no mayores que otros alimentos que están en nuestra alimentación a diario (legumbres, pescado azul...). Además, para beneficiarnos las propiedades de esos mal llamados superalimentos, muchas veces deberíamos consumirlos en cantidades difícilmente asumibles en una alimentación normal. Un ejemplo: 100 gramos de semillas de chía aportan al organismo más Omega-3 que un trozo de salmón. Pero, ¿quién se toma una ración de 100 gramos de chía?...

Dietas basadas en pastillas o suplementos ‘quemagrasas’

No hay evidencia científica de su eficacia en la pérdida de peso y, por lo tanto, de la pérdida de centímetros localizados en alguna parte de nuestro cuerpo.

Y ENTONCES, ¿QUÉ DIETA ES LA QUE SÍ SE DEBE SEGUIR?

Aunque la pregunta parece compleja, en realidad todo se resume en una frase: déjate de dietas (pensadas como algo limitado en el tiempo) y vuelve a los hábitos de alimentación saludable, entendidos como una forma de vida.  O lo que es lo mismo, apuesta por un alimentación que priorice los alimentos frescos de origen vegetal, las legumbres, las versiones integrales de los cereales, las frutas (cualquiera y a cualquier hora del día), los frutos secos, y reduce al máximo la ingesta de carnes rojas, bollería industrial, bebidas alcohólicas y bebidas azucaras.

Una buena pauta para conseguirlo es planificar tus menús, seguir unos horarios más o menos ordenados de comidas, hacer la lista de la compra antes de ir al mercado (sin hambre), y variar lo más posible las recetas para que la alimentación no resulte monótona. Ojo, que hablamos de ‘dieta variada’, pero siempre dentro de los alimentos saludables.

Y, por supuesto, la mejor opción siempre que se pueda, es acudir a un dietista-nutricionista, que nos ayude a personalizar nuestra alimentación en función de nuestros objetivos. En este sentido, debemos asegurarnos de que se trata de sanitarios con la cualificación adecuada. Para ello se puede consultar con el Colegio Profesional de cada Comunidad Autónoma, o a través del ‘Consejo General de Diestistas-Nutricionistas’.

Todo ello sin olvidar, por supuesto, que una alimentación saludable y encaminada a una pérdida de grasa siempre deberá estar combinada con el ejercicio físico (no solo cardio, sino apostando también por los ejercicios de fuerza ya que esto nos ayudará a no perder masa muscular).

Te puede interesar:
Cómo reducir el colesterol: ni dieta baja en grasas, ni menos huevos, ni yogures 'milagrosos’
Agua y nutrición: No, no es necesario beber 2 litros de agua al día