3/3Junto a Juan Soler, Maki también tuvo la dicha convertirse en mamá de dos niñas, -hoy ya adolescentes-, Mía y Azul, a quienes ambos han brindado un entorno de armonía y estabilidad, más allá de las decisiones personales que los llevaron a tomar rumbos distintos. Por tal motivo, la también conductora de televisión prefirió alejarse de los foros de grabación, para dedicarse de lleno al cuidado de sus pequeñas, una tarea a la que también se sumó Juan, enteramente ilusionados por la familia que habían formado. “Yo dije: ‘No quiero estar en un foro, no me quiero perder a mis bebés, tengo la bendición de que Juan me apoya’. Cuando nacieron mis hijas me volví muy aprehensiva y piensa una cosa, ni Juan ni yo tenemos familia en México, entonces no era que estaba mi suegra o mi mamá para ayudarnos o mi abuelita. Juan dejó de trabajar un año para estar con Mía, fuimos muy dedicados a nuestras hijas, los dos…”, afirmó.
Junto a Juan Soler, Maki también tuvo la dicha convertirse en mamá de dos niñas, -hoy ya adolescentes-, Mía y Azul, a quienes ambos han brindado un entorno de armonía y estabilidad, más allá de las decisiones personales que los llevaron a tomar rumbos distintos. Por tal motivo, la también conductora de televisión prefirió alejarse de los foros de grabación, para dedicarse de lleno al cuidado de sus pequeñas, una tarea a la que también se sumó Juan, enteramente ilusionados por la familia que habían formado. “Yo dije: ‘No quiero estar en un foro, no me quiero perder a mis bebés, tengo la bendición de que Juan me apoya’. Cuando nacieron mis hijas me volví muy aprehensiva y piensa una cosa, ni Juan ni yo tenemos familia en México, entonces no era que estaba mi suegra o mi mamá para ayudarnos o mi abuelita. Juan dejó de trabajar un año para estar con Mía, fuimos muy dedicados a nuestras hijas, los dos…”, afirmó.