Luego de haberse separado, Maki y Juan Soler han llevado una grata amistad en donde la sinceridad ha sido fundamental. Pero más allá de eso, la guapa argentina se siente enteramente agradecida con el padre de sus hijas, pues este no ha dejado de apoyarla desde que se diera su ruptura. Con el corazón en la mano, la actriz ha hablado de esta circunstancia que ha marcado de manera definitiva su historia junto a su ex, dándole el merecido reconocimiento y explicando a detalle parte de ese proceso que ambos enfrentaron tras tomar la decisión de poner punto final a su romance.
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Tan abierta como suele ser, Maki dio detalles de cómo marchan las cosas para ella en estos instantes, en los que la presencia de Juan ha sido imprescindible en la consolidación de una estabilidad por la cual se siente muy agradecida. “A mí me fue muy bien, Juan es muy generoso conmigo y yo tengo una vida espectacular…”, señaló la intérprete durante su visita al foro de Netas Divinas, sin dejar de hacer énfasis en las consecuencias inherentes a una separación. “Pero él perdió, él salió perdiendo. Siempre hay uno que sale perdiendo, yo no perdí nada, tengo mi vida como si siguiera con él y se lo agradezco y por eso lo digo, porque se merece que yo lo diga…”, explicó con toda claridad.
Al abordar este punto, Maki explicó a profundidad las razones por las cuales considera que Juan enfrentó esa pérdida, admitiendo que de alguna forma, eso ha tenido un impacto en sus emociones. “Él se tuvo que ir sin sus hijas, sin su familia, a un departamento más chiquito a vivir otra vida, que tal vez no es la que él trabajó toda su vida para tener, porque es un hombre de trabajo… entonces digo: ‘Qué mal negocio’ (el divorcio), y a mí me genera una culpa terrible…”, aseguró la también conductora de televisión, quien a su vez se siente muy orgullosa de la historia de amor que escribieron tiempo atrás tomados de la mano, en donde el proyecto de formar una familia se hizo realidad.
El mayor regalo a sus hijas
Pero si algo llena de felicidad a Maki, fue haber tenido la fortuna de dedicar tiempo a su familia, más allá de dejar a un lado su carrera sobre los escenarios, pues lo más importante siempre ha sido vivir de cerca cada uno de los procesos de sus pequeñas, Mía y Azul. “Dejé todo para acompañar a un hombre en su carrera… y dedicarme a mis hijas, yo creo que es el mejor regalo que no tiene precio, que no se paga con nada que le he hecho a mis hijas y a Juan…”, contó la argentina, quien hoy disfruta al máximo de esta etapa de constantes cambios y de notable evolución personal.
Eso sí, Maki también ha reconocido lo mucho que Juan la apoyó en cada una de sus decisiones, pues siempre respetó ante todo su libertad. “Yo tuve un marido, argentino, pero muy mexicano, que me dejó hacer lo que yo quería, me cuidó y hasta el día de hoy ve por mí, porque tiene eso…”, señaló en otra entrevista también concedida a Netas Divinas a finales de julio.