Camila Fernández narra cómo fue el accidente que la mantuvo 7 meses en cama

Después de 3 años de terapia, la hija de Alejandro Fernández está lista para retomar su carrera como cantante

Por Tania Galván

Lo que comenzó como un inocente rato de diversión para Camila Fernández, hija de Alejandro Fernández, terminó en más de 7 meses en cama y 3 años de terapia que la ayudaron a recobrar la fuerza en los brazos y manos. Con la emoción a flor de piel, la cantante concedió una reveladora entrevista a Ventaneando donde, por primera ocasión, relató la difícil etapa que experimentó luego de una caída que le provocó fuertes consecuencias de salud. Aunque reconoció que no se siente cómoda hablando del tema, consideró importante que sus fans conocieran la razón que la ha mantenido alejada de los escenarios.

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Con lágrimas en los ojos, Camila recordó aquel día en el que, jugando, tuvo una grave lesión en las cervicales que la hizo perder la fuerza en sus extremidades: “Tiene ya tres años, tenía yo 18. No quería hablar del tema porque yo decía ‘¿para qué?’, no quiero tampoco que me vean con lástima (…) Estaba en unos brincolines y caí de cara, también me rompí la nariz y me tuvieron que hacer una operación. Por querer hacer un flip en el aire, caí de cara, primera vez que intenté hacerlo, así que tengan mucho cuidado”, explicó.

El fuerte golpe de la caída tuvo graves consecuencias para la cantante y así lo explica: “Me fisuré unas cervicales, me comprimí unos discos que estaban afectando unas terminales nerviosas muy importantes y perdí la fuerza de los brazos y las manos que, después, con terapia pude recuperar, luego de siete meses en cama. Gracias a Dios estoy mejor, sigo yendo a terapia, pero ya estoy mucho mejor”, recordó.

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Camila reveló que el accidente ocurrió en 2016, poco antes de que se presentará con su papá en los Premios Billboard de aquel año: “Me pesaba el micrófono, porque perdí la fuerza de las manos, yo me acuerdo, que no estaba al 100 y estaba muy nerviosa. Fue la vez que canté con mi papá El ciclo sin fin, yo le dije a él: ‘sabes qué, no sé’. Gracias a Dios la acupuntura me ayudó muchísimo para recuperar la fuerza porque tenía la fuerza de un niño de 3 años, se me consumió todo el músculo, sí fue difícil”.

La joven aseguró que la situación la llevó al límite, incluso su estado de ánimo se vio muy afectado: “Me daban medicinas muy fuertes, me la pasaba dormida y Jupiter (su mascota) me despertaba para comer y bañarme. Gracias a Dios tuve a mi familia ahí y eso me ayudó muchísimo, tuve que ir a muchas terapias, sí me tope con pared, sí me desesperé mucho, sí me sentí inútil, tuve una depresión muy fea que pensé que ya no iba a llegar a nada en mi vida”, recordó.

Aunque la tristeza era un factor con el que también estaba lidiando, gracias a las recomendaciones de su mamá, América Guinart, pudo superar la depresión y cambiar la actitud. Recuerda con lágrimas en los ojos aquel día en que consiguió realizar de nuevo actividades tan cotidianas como bañarse sola: “La primera vez que me bañé empecé a llorar de la felicidad, porque nunca pensé que iba a poder hacerlo, era un reto que jamás pensé que me iba a tocar en la vida. Escribir también, yo que siempre escribía mis canciones, tocar el piano, bailar porque me habían prohibido bailar, me habían dicho que en toda mi juventud ya no iba a poder bailar. Me dijeron, ya no vas a poder escribir, bailar, empujar, cargar, agacharte, ya no vas a poder hacer mil cosas”.

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Fortalecida por la experiencia, Camila está lista para regresar de lleno a los escenarios con nuevo material discográfico, con el que hizo catarsis de lo sucedido: “Estoy muy feliz de lo que viene y espero que les guste tanto como a mí”, la joven está segura que esta nueva etapa es un regalo de la vida y así lo explica: “Cuando vi que recuperé mi fuerza, dije, esta es mi segunda oportunidad en la vida y la tengo que aprovechar al máximo”. Aunque sigue en tratamiento, Camila dio a conocer que ha recuperado su estado de salud al 95% y no quita el dedo del renglón para conseguir ese 5% que le falta: “Según yo ya estoy bien, me hice una resonancia, que me hago todos los años, y aparece que sólo tengo unos ligamentos flojos y gracias a Dios estoy bien de la vertebra que tenía comprimida, los discos y estoy mucho mejor”, finalizó.