Al estilo Kardashian, los Derbez debutaron en los shows de realidad con el lanzamiento de De Viaje con los Derbez, proyecto por donde por primera ocasión tuvimos acceso a la vida familiar de este clan que nos dio varias sorpresas. De lo más comentado en esta primera temporada fue la excelente relación que entablaron Alessandra Rosaldo y los hijos varones de Eugenio, Vadhir y José Eduardo, con quienes la vocalista de Sentidos Opuestos hizo muy buen click adoptando incluso el nombre Los Alacranes, grupo que se formó con la convivencia en Marruecos.
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Convertidos en el trío más divertido del viaje, como era de esperarse, durante este mes, experimentaron todo tipo de emociones. Si bien la mayoría de sus memorias juntos las escribieron con una sonrisa en el rostro, también hubo instantes en los que las lágrimas no se hicieron esperar. Como ocurrió durante uno de los episodios, cuando decidieron salir de fiesta, una velada que terminó en llanto por parte de Alessandra Rosaldo, pero ¿qué le hicieron los chicos?
Resulta que José Eduardo Derbez organizó una salida a un club nocturno a la que sólo acudieron Los Alacranes. Al calor de la plática, los chicos se sinceraron con su madrastra y le hablaron de cómo fue su infancia al lado del comediante quien, por cuestiones de trabajo y por las circunstancias con las mamás de cada uno, no podía compartir mucho tiempo con ellos: “Siempre que nos despedíamos de papá era muy fuerte y con mis hermanos. Me acuerdo, que llorábamos muchísimo y la despedida con él era de ‘híjole a ver cuándo’. Sí era de abrazarnos, sí le llorábamos bastante”, comentó Vadhir visiblemente emocionado.
Por su parte, José Eduardo reconoció que aunque en casa de su mamá, Victoria Ruffo, siempre contó con todo el amor, en el fondo, siempre tuvo la necesidad de establecer una relación más cercana con Eugenio: “De parte mía, mi mamá siempre me dio todo, me dio muchísimo amor, pero creo que siempre va a hacer falta que los papás separen más los pleitos y puedas ver más a tu papá”, explicó.
Conmovida por la generosidad de los chicos quienes, sin tapujos, le contaron este episodio en sus vidas, Alessandra reveló que tras escuchar sus testimonios procurará valor más el tiempo que Eugenio le dedica a Aitana, su pequeña hija de cinco años: “Me toca muy profundo porque yo suelo quejarme con tu papá porque siento que le falta más tiempo de calidad a Aitana, pero escuchándolos a ustedes no me vuelvo a quejar”, comentó reconociendo que su hija goza de un papá presente.
Tras este momento que, claramente permitió que los tres se conocieran más, Los Alacranes (nombre que adoptaron durante un reto de cocina), decidieron dar un paso más allá en su relación y, cómplices, acudierona un estudio de tatuaje para realizarse uno en honor a este viaje. Con el objetivo de recordar esta aventura, el equipo plasmó en su piel distintos diseños (ella el nombre de Aitana en árabe, José Eduardo su nombre, en el mismo idioma, y Vadhir un símbolo) que llevarán por siempre en la piel.