Muchos conocen todos los aspectos relacionados con la carrera de Bárbara Mori, quien ha logrado triunfar tanto en la televisión, como en el cine y el teatro. Pero en lo que respecta al plano personal, la actriz siempre ha preferido ser reservada, guardándose sólo para ella y sus seres queridos los pormenores de esta faceta íntima de su vida. Es por ello que ahora han llamado la atención las recientes confesiones que hizo la intérprete, en las que ha hablado con el corazón en la mano, revelando sensibles detalles sobre su infancia y juventud.
“Trato de mantener mi vida privada, súper privada, porque pues es lo poquito que me queda mío, he compartido poco de lo que soy, de dónde vengo, cómo crecí”, confesó Bárbara al inicio de una sincera charla con Lety Sahagún y Ashley Frangie para su podcast Se regalan dudas. En esta ocasión la actriz se mostró más abierta que nunca y reveló detalles sobre su pasado, tan emotivos como dolorosos. “Tuve una infancia súper, súper dura, que me marcó muchísimo en todos los sentidos. O sea, crecí sin mamá, y crecí con un padre alcohólico y tuve una infancia súper dura, triste, oscura, violenta… como muy alejada del amor”, contó.
Al ahondar sobre su infancia y juventud, la actriz narró cómo fue que trabajó muy duro para poder dejar aquel ambiente que la marcó tanto. “En cuanto pude empezar a trabajar, empecé a trabajar a los 14 años, y trabajé hice de todo un poco, fui mesera en una pizzería, repartía volantes en un semáforo, fui booker en una agencia de modelos, bailé en antros. O sea, hice de todo un poco para poder ahorrar y salirme de mi casa”, confesó sin reparos, detallando que fue hasta que cumplió los 17 años que logró salir del lecho familiar y empezó a buscar un lugar en el mundo donde se sintiera bien, pues confesó que “estaba muy enojada con la vida”.
En este recuento de su vida, Bárbara reconoció que su innegable atractivo jugó a su favor al inicio de su carrera. “Empecé a modelar, porque mi belleza física me abrió puertas en el modelaje, y cuando empecé a estar frente de la cámara me di cuenta de que quería ser actriz”, contó. Enfocada siempre en sus metas, comenzó a estudiar actuación y las oportunidades empezaron a caer de telenovela en telenovela, hasta que llegó a su vida Rubí, el melodrama que la inmortalizó en la televisión. “Estaba en el momento más impresionante de mi carrera donde tenía todo lo que según la sociedad te lleva a la felicidad, fama, dinero -porque me pagaban muy bien- reconocimiento...”, dijo.
Pero más allá del éxito, Mori vio en su carrera un espacio para refugiarse de las duras vivencias por las que había pasado. “Si me voy hacia atrás en el tiempo, esa mujercita que empezó a tratar de abrirse paso para salirse de esa violencia en la que vivió, pues era una mujer que estaba muy enojada con la vida y me refugiaba mucho en mi carrera”. Pero pese a esos logros profesionales, Bárbara reconoció que no fue fácil empezar a sanar. “La realidad era que pues a mí me rompieron mucho por dentro cuando era chiquita y empezar a juntar mis pedacitos me costó mucho trabajo, darme cuenta de que necesitaba empezar a mirar hacia adentro fue algo que empezó a traerme una transformación”.
“Yo conocí el amor a base de golpes, abandono de mi madre, entonces para mí el amor era eso (...) La creencia que me acompañó en mi vida y que se volvió como un statement en mi vida es ‘tú no eres lo suficientemente buena para que mamá se haya quedado, ni para que papá te quisiera’, entonces como crecí con esta creencia, pues no eres lo suficientemente buena para tener un hombre que te respete, que te quiera, te valore y te cuide porque ni siquiera tú ni siquiera te valoras, ni te respetas, ni te quieres, ¿sabes?", confesó Bárbara.
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"Cuando me di cuenta de eso empecé a mirar hacia adentro y decir ‘ok, ¿qué está pasando aquí? Por qué estoy tan enojada, por qué reacciono tan enojada con la vida cuando realmente tienes todo'”, reflexionó la actriz en su profunda charla, en la que mostró como nunca su lado humano más vulnerable. Como bien lo admitió Bárbara, le costó mucho trabajo superar lo difícil que fueron su infancia y juventud, pero ahora a sus 39 años de edad está viviendo una realidad completamente diferente, pues se ecnuentra en momento pleno tanto en lo personal como en lo profesional. Actualmente está grabando la serie La Negociadora, de la cual es protagonista, mientras que en el amor disfruta de su relación con el productor Fernando Rovzar.