Nueva York es un destino mágico al que Claudia Álvarez se escapó esta semana con su prometido Billy Rovzar y la hija del productor, Alexandra. A pesar de que en estos días inicia la primavera, los tres eligieron el clima frío para disfrutar de sus días libres. Felices y como todos unos turistas, recorrieron la Gran Manzana para conocer los lugares más atractivos de Nueva York. Y aunque el viaje estuvo plagado de actividades turísticas, Claudia y Alexandra lo vivieron con un verdadero "viaje de amigas".
Estilosas con chamarraras abrigadoras y gorros para mantenerse en calor, Claudia y Alexandra pasearon por la ciudad para visitar la Estatua de la Libertad, el Rockefeller Center y la Zona Cero. Sin duda la actriz de 34 años de edad encontró en la pequeña a una compañera inseparable de aventuras con quien compartir todas las locuras de chicas que Billy no estaría dispuesto a hacer, como ir de compras en las decenas de tiendas que ofrecen lo último de la moda.
Billy también mostró su lado más divertido junto a sus dos mujeres favoritas y, además de tomarse fotos con cada una, no se quedó con las ganas de entrenar al aire libre usando a Claudia como pesa. Haciendo un par de repeticiones, el productor logró subir a la actriz en el aire para trabajar en sus bíceps, algo que parecía dar un poco de miedo a Claudia pero causó mucha risa a Alexandra, quien grabó el cómico momento.
La relación de la protagonista de Simplemente María con los hijos de su prometido es una de las mejores. Ella misma ha confesado que desde que Alexandra y su hermano Max la conocieron, hubo una conexión inmediata y hasta se lleva de maravilla con su mamá. Basta con recordar que la pequeña, de 11 años de edad, se convirtió en cómplice de moda de la actriz cuando inauguró su boutique hace casi dos años.
Los niños quieren mucho a Claudia, tanto que ayudaron a su papá en la sorpresiva propuesta de matrimonio que planeó para finales de enero pasado y a la que ¡HOLA! fue invitada. Emocionados con la boda de Claudia y Billy, los pequeños seguro ayudarán a planear la fiesta en cuanto la pareja fije una fecha para pasar por el altar.