Aunque durante sus años de casada con el actor Tom Cruise, Nicole Kidman disfrutó al máximo de su papel de mamá, con los hijos que adoptaron: Isabella y Connor, no fue hasta 2008, cuandodio a luz a su primera hija biológica, Sunday Rose, productor de su actual matrimonio con el cantante Keith Urban, que la actriz conoció el verdadero significado de la palabra mamá.

Después de ocho años de matrimonio (se casaron en 2006), Nicole Kidman y el músico disfrutan al máximo de su vida en familia. En compañía de sus dos hijas Sunday Rose, de cinco años y Faith Margaret, de tres años (quien a diferencia de su hermana mayor fue concebida mediante un vientre de alquiler), la pareja sigue agregando páginas a su historia de amor.

“Tener hijos con Keith me ha cambiado totalmente, me anima a tener una vida más sana y tranquila, a estar más en casa y a prescindir de cosas superfluas. Necesitaba esa estabilidad en mi vida, creo que todo el mundo la necesita: es difícil poder caminar sin eso”, declaró en entrevista para la Agencia Europa Press (EP).

La actriz de 47 años ha tenido que recorrer un largo camino para conseguir la tranquilidad de la que hoy goza, empezando por su primer matrimonio con el actor Tom Cruise, una de las pruebas más difíciles de superar en su vida, pero que le ha servido para madurar y convertirse en la mujer fuerte, independiente y feliz que es.

“Cuando eres muy joven crees que las cosas saldrán de una manera sólo porque tú quieres. Lamentablemente, esto nofunciona así y es muy duro tener que descubrirlo y digerirlo. En mi actual matrimonio las cosas funcionan de otra manera porque las expectativas son distintas y porque tienes la suficiente experiencia como para saber que es cosa de dos y que el esfuerzo tiene que ser mutuo”, explicó la australiana.

Poseedora de uno de los rostros más bellos de Hollywood, Nicole Kidman reconoce que la presión y la necesidad de lucir cada día mejor la llevó a cometer el “error” de aplicarse bótox en el rostro, una decisión de la que se arrepiente.

“Lo del bótox fue un error, fruto de la presión y del deseo de lucir mejor: algo que les pasa a muchas actrices en Hollywood. Puedo decir que no he vuelto a usarlo y que lo que ves ahora es fruto de una vida sana, de alejarme del humo del tabaco y de dormir todas las horas que puedo: nada de cirugía”, dijo.

Convencida de su belleza, Nicole aprende de su error y le dice “adiós” a las cirugías y apuesta por trabajar en su interior.