Valeria Mazza

Esta modelo argentina de cara de ángel despuntó en el mundo de la moda bajo la sombra de la revista Cosmopolitan. Sus perfectos rasgos y juvenil belleza le abrieron las puertas de las pasarelas más prestigiosas. Lo ha conseguido todo o casi todo en la vida, incluído un sólido matrimonio y una feliz maternidad, y ahora está disfrutándolo.
17 Febrero 1972
Rosario, Santa Fe (Argentina)
Valeria Mazza posee unas soberbias medidas (89-60-90) y un rostro tierno y aniñado que cautiva. A los 14 años se inició en el mundo de la moda, dando el gran salto seis años después con su participación en un desfile de Versace en Milán. Además, ha trabajado como presentadora tanto en España (junto a Ramón García en Televisión Española), como en Italia (en el célebre Festival de la Canción de San Remo).
En la actualidad, Valeria está volcada en el sueño empresarial que ha emprendido junto a su marido y representante, Alejandro Gravier, y un socio americano. Es la imagen de su propio perfume y de varios cosméticos de la misma firma.
"Un hijo dobla la felicidad"
Cualquiera podría pensar que Valeria Mazza es una mujer superficial. Nada más lejos de la realidad. Admiradora de la Madre Teresa de Calcuta y de Ghandi, -según sus amigos, Valeria piensa más en los demás que en ella misma-, la modelo no vive exclusivamente para su cuerpo. Estudió Terapia Ocupacional, forma parte de la Fundación Kennedy de ayuda a los discapacitados físicos y psíquicos y hay tres cosas que, de estar en sus manos, arreglaría de un plumazo: las guerras, el hambre y las condiciones infrahumanas en las que vive la mayor parte de la humanidad.
Valeria dedica todo el tiempo libre que le deja la profesión a su hijo Balthazar, nacido el 29 de mayo de 1999, fruto de su matrimonio con Alejandro Gravier. Derrocha alegría y no lo disimula: "Ser madre es el desafío más grande que puede tener una mujer. Después de la maternidad, ya no le pongo mucha atención a la ropa que utilizo, ni al maquillaje: lo importante es mi hijo". En una entrevista concedida a nuestra revista, aseguró: "Un hijo dobla la felicidad". Y es que Valeria Mazza es, ante todo, una mujer feliz que sabe disfrutar de la vida.
Cada día se levanta a las ocho de la mañana, hace ejercicio en el gimnasio de casa o de los hoteles- y a la hora de comer no falta la famosa carne argentina y, sobre todo, abundante verdura. Se preocupa por su figura pero está muy lejos de engrosar la abultada lista de modelos anoréxicas. Para Valeria, comer es un placer. En una ocasión dijo que "la felicidad son los pequeños detalles", y la buena mesa, qué duda cabe, no escapa a estos lujos que ella se regala de vez en cuando.
Trabajadora y de espíritu aventurero, Valeria Mazza confiesa no ser ambiciosa porque "nunca me he propuesto grandes cosas". A pesar de haber recibido suculentas ofertas cinematográficas se considera una gran admiradora de Michelle Pfeiffer-, jamás se atrevería con algo tan tentador como el séptimo arte. Le han ofrecido encarnar a una de las Chicas Bond al lado de Pierce Brosnan y ser la novia de Nicolas Cage en una película, pero ella lo ha rechazado cortésmente: "Me siento incapaz de hacer cine". Valeria, indudablemente, no sabría dar vida a otro personaje porque con ella misma tiene bastante.