Robert Ballard

Es, posiblemente, una de las personas que mejor conoce el fondo del mar, no en vano se ha pasado media vida buscando naufragios en todos los océanos de la Tierra. Aunque más de uno le ha calificado como un "buscador de tesoros", Robert Ballard ha reivindicado desde siempre su condición de explorador marino, porque para él el mayor tesoro es la enorme información que extrae de los barcos hundidos.
Whichita (Kansas-EE UU)
A él se debe el hallazgo de barcos tan emblemáticos como el acorazado alemán Bismarck (hundido en 1941) o el Lusitania (una nave inglesa hundida por los alemanes en 1915), el portaaviones norteamericano Yorktown y dos barcos fenicios que se hundieron en el 750 antes de Cristo frente a las costas de Israel. Sin embargo, este oceanógrafo pasará a los anales de la historia por haber localizado los restos del mítico Titanic, tras 73 años de haber permanecido a unos 4.000 metros de profundidad en el Atlántico norte.
Además de su faceta de explorador oceanográfico y geólogo marino, Robert Ballard, nacido en Whichita (Kansas) en 1942, dedica su tiempo a dar clases en la Universidad de Rhode Island, a desempeñar funciones de escritor y comentarista científico y a dirigir varias instituciones de investigación submarina. Entre las más conocidas figura el proyecto Jasón, creada por Ballard para fomentar el conocimiento del mar entre las nuevas generaciones de jóvenes.
A pesar de sus grandes logros, Robert Ballard, a quien también se debe la exploración minuciosa de la dorsal atlántica y los fondos marinos de las islas Galápagos, no se cansa de repetir: "No me considero heredero de los exploradores del siglo XV, pero me gustaría ganar algún día ese título". Y es que según reconoce él mismo "quedan muchas sorpresas aguardando en el fondo del océano".