Pamela Anderson

Pamela Anderson lleva una década reinando en el ciberespacio. Su nombre es el más buscado por los internautas del mundo entero. A un físico de infarto, se une una vida sentimental salpimentada de grandes escándalos y amores eternos que no lo son tanto. La “Vigilante de la playa” por antonomasia se ha convertido, con el paso de los años, en la más vigilada. Pero ella nació para triunfar y sabe aprovechar como nadie esa ventana al ancho mundo que es Internet.
1 Julio 1969
Ladysmith, Canadá
Horóscopo : Cáncer
No quiso pasar desapercibida ni en el día de su nacimiento. Y es que eligió para “aterrizar” en el mundo –en una pequeña localidad canadiense de nombre Ladysmith– una fecha muy especial: el 1 de julio de 1967. En este mismo día, un siglo antes, este gran país norteamericano se independizó de Inglaterra. Y el nacimiento de Pamela Anderson fue recogido por la prensa local como el alumbramiento del “primer bebé del centenario”. Así, tocada por la varita de la fama desde que saliera del vientre materno, el camino de Pamela Anderson no fue fácil, pero, sin embargo, ella mostró a lo largo de su infancia y adolescencia una gran determinación para llegar allá donde quería: el éxito mediático.
Comenzó a pequeños pasos, destacando allá donde se lo proponía. Combinaba su tiempo desarrollando dos de sus grandes pasiones: la música (tocaba el saxo en la banda local) y el deporte. Con veintidós años decidió mudarse a Vancouver y ganarse la vida como instructora de fitnness. Allí, en forma de azar, le llegó su primera gran oportunidad. La jovencísima Pamela acudió a un partido de fútbol, con unos amigos. Uno de ellos, representante de las cervezas Labatt, le pidió que vistiera con una camiseta de su marca. Así lo hizo divertida Pamela Anderson sin saber que, minutos más tarde, lo que acontecía en el terreno de juego iba a perder importancia. Un cámara se fijó en ella y su imagen se quedó “congelada” en las grandes pantallas del estadio. El gentío vitoreó a la joven. Tanto éxito tuvo que, Pamela Anderson salió del estadio con su primer contrato publicitario: desde entonces se convirtió en el rostro (o, mejor, en el cuerpo) de cervezas Labatt.
Un segundo paso fue su aparición estelar en la revista Playboy. Hasta cinco veces fue portada. Y hasta cinco veces logró que las ventas crecieran tanto como su fama. Después llegaría la pequeña pantalla. Sin duda, el papel de C.J Parker en la aclamada Los vigilantes de la playa sería definitivo para multiplicar su fama por todo el planeta. Y volvió la vista hacia la gran pantalla. Y allí se la puede ver en películas que si no han llegado a ser estelares, con seguridad (y a la vista de su presencia) con los años se convertirán en películas de culto (al menos para su séquito de fans): Barb Wire (1996), Scooby-Doo (2002) y Scary Movie 3 (2003), entre otras. Pero la pequeña pantalla siguió contando con su cota de Pamela, con series como VIP y Stacked.
Su vida sentimental ha sido un continuo de amores rotos (en especial con el rockero Tommy Lee, con quien se casó en 1995, y con quien tuvo sus dos hijos, Brandon y Dylan, y de quien ahora no quiere saber nada) y nuevos romances… casi siempre con músicos, como su segundo matrimonio con Kid Rock.
Y no le ha faltado su pequeña dosis de compromiso social. Por una parte, se convirtió en portavoz de la Fundación Hepática Norteamericana (enfermedad que dijo haber contraído al intercambiar agujas para tatuajes con su, por aquel entonces, esposo) y es una defensora a ultranza del derecho de los animales. Y, por otra, ha escrito una novela, Start, apta para todas las jóvenes que busquen, como ella hizo, la fama.