Eiza González y la dieta cetogénica de la que todos hablan

¡Una dieta que convierte al cuerpo en una máquina de quemar grasa! Ese es el secreto de Eiza González, quien logró una figura de impacto gracias a sumarse al régimen favorito de Hollywood y que promete resultados en menos de un mes.

¿Su nombre? La dieta cetogénica como bien lo mostró en una foto que compartió en su cuenta de Instagram, en donde subió una foto de su comida acompañada de la frase “Estilo de vida cetogénico”, revelando así el gran secreto con el que no solo logró una figura de lo más tonificada, sino que la mantiene a pesar del cambio en su agenda o incluso lugar de residencia.

En dicho platillo se puede apreciar un poco de tocino de pavo, berros, espinacas, aguacate y limón, alimentos que muestran a la perfección la regla más importante de este régimen, que es eliminar los carbohidratos a toda costa, para que el cuerpo no produzca azúcares y use la grasa para quemarla y producir energía.

¿Lo mejor? No solo que es una dieta bastante flexible y que también resulta rica, sino que se puede comer lácteos -una muy buena noticia para los amantes del queso-. Los alimentos permitidos son las frutas, como el aguacate, moras azules, coco, limón, jitomate, frambuesa, lima, fresa. Las nueces también forman parte de este plan, el cual comprende almendras, cacahuates, nueces de Macadamia y de la India.

Las carnes también son una parte muy importante de la dieta, pues ésta consiste en comer más proteína que carbohidratos. El tocino -de pavo-, pollo, huevo, jamón, pato y cerdo están permitidos así como los mariscos, siendo el salmón uno de los predilectos de Eiza -como bien lo suele mostrar en sus redes-.

Todas las verduras están permitidas -entre más comas, mejor- y, como lo mencionamos antes, los lácteos también como el queso cottage o crema, el yogurt griego e incluso un poco de mantequilla. ¿Lo mejor? Es que también se puede tomar té, café y dos vasos de vino. Eso sí… si quieres sumarte a esta dieta que ha causado furor entre las famosas, consulta con un nutriólogo para que la adapte a tus necesidades. Y tú… ¿te animas a probarla?