Formar una familia es un deseo que Claudia Osborne tenía desde hace tiempo y ahora lo ha cumplido. Después de nueve meses disfrutando de cada etapa única del embarazo, viendo ilusionada cómo su barriguita crecía al estar creando vida en su interior y preparando todo con mimo para su bebé, el gran momento ha llegado. Su primera hija ha venido al mundo para colmar de felicidad a la toda la familia, que la esperaba con entusiasmo desde que la coach anunció en diciembre que José Entrecanales y ella iban a ser padres con una ecografía en la que compartía "el sonido más mágico que he oído en mi vida". La séptima nieta de Bertín Osborne, que ya ha ido a verla al hospital junto a su hijo Carlos, se llama Micaela, una elección con mucho significado ya que el nombre completo de su madre es precisamente Claudia Micaela.
-Otro Entrecanales en camino: Gonzalo Entrecanales espera su primer bebé
-Un año de grandes cambios para Alejandra, Eugenia y Claudia, las hijas de Bertín Osborne
"Es increíble el momento en el que descubres que la maternidad es una lección de humildad", aseguraba la coach poco antes de dar a luz a su primera hija. Durante todo el proceso ha compartido con sus seguidores el crecimiento personal que ha supuesto para ella su futura maternidad, desde los momentos buenos a los malos. "Eres la bebé más deseada del mundo entero y nos sentimos todos los días de nuestras vidas unos privilegiados porque nos hayas escogido como padres", le dedicaba a su hija en mayo, mostrando su avanzado estado de gestación. Además, le hacía una promesa: "Te prometo que trabajaremos sin descanso para ir superándonos como padres y poder darte lo que necesitas".
Los primeros cuatro meses de embarazo no fueron fáciles para Claudia, pero pasadas esas molestias iniciales ha sido una "época muy fácil" en la que ha estado llena de energía y se ha mostrado imparable, sin antojos destacables. Con el incondicional cariño de su marido, reconoce que se ha dejado llevar por el instinto en todo momento, escuchando lo que le pedía el cuerpo, y no ha recurrido a libros sobre la maternidad. Además, ha seguido adelante con sus planes profesionales, entre los que se incluye formar equipo laboral con su padre. La tercera hija que tuvo Bertín Osborne con Sandra Domecq se incorporaba en marzo a las nuevas entregas de Mi casa es la tuya. Para ella, charlar con los diferentes invitados es una experiencia inspiradora ya que "cada persona tiene una historia que contar".
El instinto maternal siempre ha estado activo en Claudia, pero reconoce que no ha sido hasta esta etapa que vive cuando se ha sentido preparada para dar el importante paso. "Después de hacer todo el trabajo de niño interior, porque tenía claro que antes de ser madre quería sanar. Una vez sanada, tuvimos una conversación y a los dos nos hacía ilusión buscarlo después de la boda. Gracias a Dios vino inmediatamente", explicaba. Acerca de ese viaje hacia el bienestar se sincera en Lo mejor de ti, un manual sobre "el arte de conocerse y cuidarse a uno mismo para ser feliz". A lo largo de las páginas del libro aborda la pérdida de su madre siendo ella una niña, el trastorno alimentario que sufrió y las dos depresiones que tuvo. También cuenta cómo formarse para ser coach la ayudó a rehacer su vida: "Hice mi propio viaje de autoconocimiento y sanación, y fue tan transformador que me comprometí a acompañar a los demás a hacerlo también"
Una romántica boda andaluza
El 2022 será especial para Claudia por haber formado una familia, pero el 2021 también ocupa un lugar importante en su corazón y lo ha definido como maravilloso gracias a su enlace con José Entrecanales, el primogénito del presidente ejecutivo de Acciona. Tras algo más de dos años de discreta relación, la pareja se dio el "sí, quiero" el pasado 2 de octubre en Jerez de la Frontera, ciudad a la que ella está estrechamente vinculada. La boda estuvo llena de homenajes y recuerdos como el hecho de elegir la iglesia San Miguel, el mismo templo en el que se casaron también los padres de la coach y sus dos hermanas mayores, Alejandra y Eugenia. El banquete se celebró en la finca Santiago, propiedad de los Domecq (familia materna de la novia) que sirvió como escenario de otros acontecimientos de seres queridos y también de su preboda. El día antes de convertirse en marido y mujer organizaron una jornada campestre en la que se torearon vaquillas y hubo música en directo.
