Los Globos de Oro se enfrentan a su crisis más grave en los últimos años, ¿será el fin de una era?

El boicot de Hollywood se ha sumado al covid y a la escasa audiencia para retar a la gala que siempre ha servido de antesala de los Oscar

Por Marina Ortiz Cortés

Vivimos en una era en la que parece que está "todo inventado" y en donde las nuevas generaciones, los que han estado cumpliendo la mayoría de edad en los últimos años, se están replanteando todo el sistema sobre el que está basado nuestra vida. Se están cuestionando convencionalismos, ideas, prejuicios, costumbres y tradiciones; para que todos podamos evolucionar y crecer, están cayendo imperios como el de Harvey Weinstein y están abriéndose camino artistas que hasta hace muy poco no hubieran tenido la oportunidad. Aunque esto está sucediendo en todo el mundo, en Estados Unidos el debate está muy presente por la gran cantidad de población que allí habita a la que afectan directamente estos temas. Precisamente esta semana se ha muerto Sidney Poitier, el primer actor negro en llevarse un Globo de Oro (en 1959), a la vez que Hollywood calienta motores para celebrar su gala más extraña en los últimos años. 

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Por una vez, en estos casi dos años en los que la conversación parece ser siempre sobre el coronavirus, la pandemia no es la principal protagonista del cambio. El motivo por el que los Globos de Oro de 2022 pasarán a la historia será el boicot que Hollywood ha preparado para intentar que la Asociación de prensa extranjera, que organiza el evento, cambie su forma de actuar tras un año de polémicas. Varios medios especializados han publicado en los últimos días que la ceremonia ha sido incapaz de encontrar una cadena que emitiera su gala, así como presentadores de premios y celebrities que quisieran posar en la alfombra roja. 

¿Por qué boicotean?

En febrero de 2021, poco antes de la emisión de la última gala, Los Angeles Times publicó un artículo en el que aseguraban que la Asociación de prensa extranjera de Hollywood no incluía entre sus más de 80 miembros a ninguna persona de raza negra, aunque sí hay diversidad de miembros de otras. Además, se acusaba a la organización de tener "lapsus éticos" en los que se vetaban a periodistas cualificados de formar parte del grupo, se vendían tickets para la gala por 30.000 euros la entrada o se recibían sobornos por parte de los estudios para nominar sus proyectos. Uno de los más sonados fue precisamente el caso de Emily in Paris, que fue nominada tras haber llevado a más de 30 miembros a la Ciudad de Luz para visitar el rodaje, mientras que la favorita de la crítica, Podría destruirte, creada y protagonizada por la actriz negra Michaela Coel se quedó sin una sola nominación (y arrasó en el resto de premios de la temporada).

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La noticia dio la vuelta a Los Ángeles y a todo Estados Unidos, cada vez más concienciado sobre la importancia de la inclusión en un país en el que el 25% de la población no es blanca. Un mes más tarde más de cien agencias de relaciones públicas y diferentes rostros conocidos de la talla de Tom Cruise o Scarlett Johansson habían hecho público su rechazo a la situación y pidieron un boicot contra la organización hasta que no cambiaran. La crisis obligó a la asociación a mandar un comunicado en el que dejaban claro su interés por rectificar, y en octubre de 2021 añadieron a 21 nuevos miembros, de los cuales el 48% eran mujeres, el 29% negros, el 24% asiáticos, el 29% latinos y el 19% del medio oriente o el norte de África. Cabe destacar que en los países anglosajones es muy habitual que te pregunten cuál es tu ascendencia y te piden que te identifiques a la hora de hacer diferentes procesos burocráticos como pedir una beca o un visado e incluso cuando te postulas para un trabajo, por lo que esta diferenciación no resulta tan extraña como parece.

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Pero la crisis fue tal que la Asociación de prensa de Hollywood no ha sido capaz de recuperarse en cuestión de un año del golpe, y mientras continúan haciendo cambios en su organización para recuperar los estándares que se les exigen, la noche de este año se quedará reducida a la lectura de ganadores. Sin prensa, sin invitados, sin alfombra roja, sin emisión en televisión... los medios especializados aseguran que la NBC, que el año pasado decidió no volver a emitir debido a una caída del 60% en la audiencia y sumándose así también al boicot, planea recuperar la gala para 2023, ¡pero aún está por ver! ¿Será este el principio del fin para los Globos de Oro o volveremos a ver brillar sus estatuillas? Cabe recordar que no hace tanto, en 2008, una huelga de guionistas hizo que cancelara por completo todo el evento, por lo que podría tratarse de un mero parón en el camino para tomar aire.