Luis García Montero es hoy un hombre roto por el dolor de una pérdida irreparable, la que supone despedirse para siempre de la persona a la que amabas. El viudo de Almudena Grandes se ha pronunciado públicamente por primera vez esta mañana tras el fallecimiento el pasado sábado de su esposa a los 61 años a causa de cáncer. En primer lugar, el poeta ha querido transmitir su agradecimiento "por todo el cariño" recibido estos días desde que se conociera la triste noticia. A continuación, escribía unas conmovedoras palabras -no exentas de romanticismo desgarrado- en las que ha expresa lo siguiente: "Supongo que estar hundido es un modo de seguir enamorado y de empezar una nueva vida con el amor de siempre", sentenciaba. Este lunes, el actual director del Instituto Cervantes también protagonizaba un momento muy emocionante durante el multitudinario último adiós a la escritora en su entierro, celebrado en el cementerio Cementerio Civil de Madrid.
Ana Belén y Víctor Manuel, entre otras personalidades, en el tanatorio de Almudena Grandes
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Visiblemente afectado y mientras sonaba de fondo el tema Noche de bodas de Joaquín Sabina, Luis García Montero ha metido -después de darle un beso- un ejemplar de su libro titulado Completamente viernes en la tumba de Almudena Grandes. Arropado por familiares, amigos y seguidores de la autora, el que fue su pareja durante un cuarto de siglo se mostraba especialmente apesadumbrado mientras se abrazaba a la hija que tuvieron en común, Elisa, igualmente desconsolada. También han acudido artistas como Miguel Ríos, Víctor Manuel y Ana Belén, quien ha leído una carta a modo de homenaje, así como dirigentes políticos caso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Este domingo, los Reyes enviaron al también catedrático de literatura española en la Universidad de Granada un telegrama de pésame donde manifiestaban su "reconocimiento" a la obra literaria de la fallecida.
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Desde "la cercanía y el cariño", don Felipe y doña Letizia destacaban igualmente su "contribución personal y periodística al análisis de nuestro tiempo", para terminar mandando "un abrazo fuerte y afectuoso" a su desconsolado esposo. Por la capilla ardiente también pasaban numerosos rostros conocidos como el Padre Ángel, el Gran Wyoming o Kiko Matamoros, primo hermano de la escritora. Hace tan solo un mes, la propia Almudena escribía el artículo más difícil de su vida al anunciar que padecía cáncer. La escritora explicaba que "todo empezó hace poco más de un año" durante una "revisión rutinaria", en la que le fue detectado un "tumor maligno". Se mostraba esperanzada, dispuesta a pelear y confiada tanto en el buen pronóstico que había recibido como en su equipo médico. "Estoy en las mejores manos, segura y fuerte", decía. Además, explicaba que había tardado tiempo en revelarlo porque necesitaba "estar tranquila, confabularme con mi cuerpo y conmigo misma".
