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Las sorpresas no cesan en Mask Singer: después de tres eliminaciones, el programa ha invitado a una investigadora de lo más especial para continuar desenmascarando a los concursantes. Entraba vestida de blanco, con un mono con plumas en las mangas y una máscara ocultando su identidad. Javier Calvo y Javier Ambrosi veían a través de esos movimientos gráciles y reconocían a alguien con quien ya habían trabajado: ¡Ana Obregón! La presentadora se dejaba ver por fin con una gran sonrisa y contaba que en su "retiro" por la muerte de su hijo Aless lo "único" que puede ver en televisión es precisamente este programa que conduce Arturo Valls.
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Ana ha hecho referencia (en más de una ocasión) a su pasado como bióloga para referirse a su interés por la investigación y a lo mucho que le gusta darle vueltas a los datos para imaginarse quién puede haber detrás de la máscara. "Me pasaba el día con el microscopio electrónico en la carrera con las bacterias", decía, ante la fascinación de Javier Calvo, que admira mucho a la actriz con quien ya ha colaborado en Paquita Salas. Eso sí, la actriz se ha encontrado con un inconveniente importante en el que no había pensado: no llevaba lentillas, así que tenía que pedir a sus compañeros que le dieran alguno de los detalles que se estaba perdiendo. "Me iba a traer las lentillas y he dicho que las llevaba pero las puse por la noche en el vaso y me las he bebido", bromeaba la presentadora.
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Con la actuación de Ángel, Ana parecía tener muy claro en un primer momento quién había detrás, pero tras oír las pistas y la canción cambiaba de opinión y admitía que era muy difícil acertar. Eso sí, una vez presentadas las apuestas de toda la mesa de investigadores, también decía que era divertidísimo.
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Ha habido momento para todo tipo de sensaciones y Ana se ha mostrado espontánea y sincera. Se ha emocionado al escuchar la versión de Quédate conmigo de Cáctus, que los investigadores consideraron que podría ser Sara Vega, Ana Guerra, Eva Hache o Marta Sánchez. También ha recordado a una de sus parejas del pasado, el jugador de baloncesto Fernando Martín, que falleció en un accidente de coche cuando tenía 27 años. Lo ha hecho porque los andares de Cocodrilo le han hecho pensar en él, por lo que cree que se trata de un deportista. También ha reído y se lo ha pasado genial ante las bromas o las sospechas de sus compañeros.
Un recuerdo a su madre
Esta cuarta entrega de Mask Singer tiene un significado especial para Ana porque, tal y como ha contado a sus seguidores, era un programa que, cuando lo estaba grabando, esperaba poder ver con su madre, que tristemente falleció en mayo. Además, ha desvelado que fue su representante y amiga, Susana Uribarri, quien la ha convencido para hacer esta aparición televisiva, igual que ya consiguió que saliera de su retiro para presentar las campanadas de La1 con Anne Igartiburu.
Al igual que en Nochevieja, Ana ha vuelto a escoger el color blanco, aunque la hemos visto mucho más divertida y animada, dejándose llevar por el dinamismo y las bromas del espacio y de sus compañeros de mesa. Algo que han apreciado y por lo que se han alegrado mucho los seguidores del programa, tal y como han dejado claro en los miles de comentarios que han llenado las redes sociales.
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