Corren tiempos difíciles para Nicolas Sarkozy y su esposa, Carla Bruni. El expresidente de Francia ha sido condenado a tres años de prisión, uno de prisión firme y dos con remisión de condena, por los delitos de corrupción y tráfico de influencias. El tribunal de París ha declarado culpable al exjefe de Estado por haber intentado sobornar al juez Gilbert Azibert, en el año 2014, ofreciéndole un trabajo prestigioso en Mónaco a cambio de información sobre una investigación sobre su partido político.
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Nada más conocerse la condena, Carla Bruni mostraba su reacción y dirigía estas palabras de aliento a su esposo: "Que implacable locura, mi amor Nicolas Sarkozy .... la lucha continúa, la verdad saldrá a la luz # injusticia 💔". Junto a este mensaje de apoyo, la modelo publicaba una romántica foto de ambos en la que están a punto de fundirse en un beso. De este modo, ha querido mostrar su opinión públicamente ante una situación que considera injusta.
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Sarkozy no irá a la cárcel inmediatamente. La presidenta del Tribunal. Christine Mée, ha aceptado que el expresidente acepte llevar un brazalete electrónico, que permita su localización permanente. De este modo, el expresidente podrá cumplir su condena desde un arresto domiciliario. Del mismo modo, se prevé que Nicolás Sarkozy recurra la sentencia y es probable que tenga que celebrarse un nuevo juicio.
Por segunda vez en una década, la justicia francesa ha condenado a un antiguo jefe de Estado a una pena de cárcel. Jacques Chirac fue condenado por malversación en 2011 con dos años de cárcel, aunque su pena no implicaba el ingreso en prisión.
Gilbert Azibert, el alto magistrado corrompido por ofrecer información y servicios a Nicolas Sarkozy, ha sido condenado a cuatro años de cárcel: uno, en firme; tres, con remisión de pena. Thierry Herzog, el abogado del expresidente francés, ha sido condenado a las misma pena: un año de prisión firme; tres de cárcel con remisión de pena.
Desde que Nicolas Sarkozy y Carla Bruni abandonaran el Elíseo en el año 2012, han llevado una vida discreta y alejada del foco mediático. Cuando salió a la luz su romance en el año 2007, pocos fueron pocos los que apostaron por esta relación entre el político francés y la artista italiana. Un año después, el 2 de febrero de 2008, pronunciaron el 'sí, quiero' y trece años después siguen tan o más enamorados que el primer día. La esposa del expresidente galo sigue siendo su máximo apoyo y unidos muestran su fortaleza ante la situación tan complicada a la que se enfrentan. Además de esta condena, Sarkozy tiene otras causas pendientes con la justicia, como los gastos de la campaña de 2012 por los que tendrá que ir a juicio en marzo, y se le suma, también, la imputación por la posible financiación de la Libia de Muamar Gadafi.
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