Gestos de cariño, besos, abrazos... Joe y Jill Biden, los más románticos de una jornada crucial para EEUU

La ya primera dama ha sido el apoyo y el bastón fundamental del presidente electo, y se lo ha demostrado en momentos clave de la investidura

Por Lara Fernández

Hasta en cuatro ocasiones tuvo que pedirle matrimonio Joe Biden a aquella joven profesora de inglés llamada Jillpara que ella aceptara y se convirtiera en su esposa allá por 1977. A la cuarta fue la vencida. La persistencia y la paciencia han sido siempre las mayores virtudes del ya presidente de Estados Unidos, al que también le costó un esfuerzo similar llegar a la Casa Blanca. Lo intentó en los años 1998 y 2008, consiguiendo alcanzar la vicepresidencia durante ocho años con su ahora amigo Barack Obama. En todo ese largo camino, Jill ha estado a su lado, y lo ha vuelto a demostrar este miércoles 20 de enero, cuando el senador durante cuatro décadas sucede, al fin, a Donald Trump en el cargo.

Las mejores imágenes de la toma de posesión de Joe Biden

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La ceremonia de investidura ha hecho que la de hoy haya sido una jornada histórica por muchas razones -la pandemia de COVID-19, el reciente asalto al Capitolio que ha hecho extremar las medidas de seguridad, la ausencia de público, la del presidente saliente por primera vez en 150 años o la primera vicepresidenta mujer-. Joe Biden, 46º presidente de Estados Unidos, ha estado arropado en todo momento por su mujer, con la que ha protagonizado escenas tiernas, románticas y espontáneas, en las que no han faltado los gestos de cariño y las miradas llenas de complicidad.

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Así, ya desde su aparición en el lugar en el que iba a jurar su cargo, Biden ha contado con el apoyo de Jill, que ha caminado junto a él haciéndole saber que estaba ahí, a su lado, en este trascendental acto. En un momento dado de la toma de posesión, la primera dama, sentada justo detrás de su marido, ha puesto las manos en sus hombros en clara señal de respaldo. Una vez en pie para llevar a cabo el instante cumbre de la jornada, la promesa de su cargo, Jill se ha encargado de sostener la Biblia sobre la que ha realizado el juramento Joe Biden. 

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Seguidamente, ambos se han fundido en un abrazo ante la atenta y tierna mirada de su familia, presente durante toda la ceremonia. Pero la pareja, incluso, ha deleitado a los presentes con un beso, una imagen que apenas hemos visto desde que Barack y Michelle Obama abandonaran la Casa Blanca, en enero de 2017. Y es que Joe y Jill Biden siempre han dado muestras en público del amor que se profesan, de su complicidad y de su gran sintonía. Pero además de ser una pareja atípica, pues ella, por el momento, no tiene previsto dejar su trabajo como profesora en el centro de formación profesional Northern Virginia Community College. Sería la primera vez en la historia que una inquilina de la Casa Blanca trabaja fuera de ella. ,

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Pocos conocen que Jill ha sido un bastón en el que se ha apoyado Biden no solo en su ascenso a la presidencia de Estados Unidos, sino durante todos estos años. Y es que al mandatario le acompaña una tragedia personal y familiar. En 1972 perdió a su mujer, Neilia, y a su hija Naomi en un accidente de coche del que resultaron heridos, además, sus otros dos hijos, Joseph y Robert. Acababa de ser elegido como senador por Delaware, llegando a ser el sexto más joven del país. En 2010, Joseph padeció un cáncer cerebral por el que falleció cinco años después, dejando una viuda y dos hijos. En cuanto a Robert, tuvo problemas con el alcohol y las drogas, aunque parece que a día de hoy todo aquello quedó superado.