El mundo continúa trabajando a marchas forzadas para encontrar una vacuna segura y efectiva que haga frente a la pandemia por coronavirus, llenándose de esperanza con los alentadores anuncios por parte de Pfizer y Moderna, que recientemente anunciaron la afectividad de su vacuna del 90 y 94,5% contra la enfermedad. En un análisis para conocer cuáles son las similitudes que existen entre ambas dosis, se ha encontrado que ambas farmacéuticas basan su solución en un ARN mensajero, o mejor conocido como ARNm. Una nueva tecnología que según expertos, podría usarse tanto para prevenir, como para atacar enfermedades cardíacas, melanoma o incluso el cáncer.
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Las vacunas experimentales de Moderna en conjunto con la Universidad de Oxford, y Pfizer en colaboración con BioNTech, han mostrado una alta eficacia mayor al 90% contra el Covid-19 en sus pruebas a gran escala en la fase 3. Un éxito que ha sido más alto de lo esperado, por encima del porcentaje que los reguladores estadounidenses insisten para las vacunas que es del 50%, y que ha llevado a que los expertos pongan sus ojos en este novedoso mecanismo, pero, ¿qué es el ARNm?
ARNm
El ARN mensajero es el ácido ribonucleico que transfiere el código genético procedente del ADN del núcleo celular a un ribosoma en el citoplasma, es decir, el que determina el orden en que se unirán los aminoácidos de una proteína y actúa como plantilla o patrón para la síntesis de dicha proteína. Una revolucionaria tecnología -que aunque existe desde hace más de 60 años-, su eficacia en la vacuna del Covid-19 es la primera prueba de su funcionalidad, y que bien podría modificarse para intervenir en otras enfermedades, así como para acelerar el desarrollo de nuevas vacunas, según reporta el Dailymail.
Hasta el momento, se ha logrado saber que, BioNTech en colaboración con el gigante farmacéutico suizo, Roche, se encuentran probando una dosis de ARNm anti-melanoma en un ensayo clínico en fase 2. Mientras que, Moderna también se encuentra apostando por el ARN mensajero, con dos avanzados proyectos, ambos en fase dos, uno para tratar el cáncer de ovario, y el segundo igual de importante, para atacar la isquemia del miocardio.
Sin embargo, la funcionalidad del ARNm en los ensayos clínicos contra el coronavirus de Pfizer y Moderna, ha dejado al descubierto que, las vacunas a base de este mecanismo, en teoría, podrían atacar a muchas enfermedades. Y eso no es todo, sino que, este método de creación de vacunas, incluso podría mejorar la rapidez, así como el precio con el que se fabrican.
Puesto que, según un estudio realizado en el 2013, el método tradicional de creación de una vacuna, que consiste en introducir un virus debilitado o muerto, o una parte de uno, para estimular el sistema inmunológico del cuerpo, puede tardar muchos años, como sucedió con la vacuna de la influenza que tardó alrededor de 8 años crearla, mientras que, la vacuna contra la hepatitis B, tomó un poco más de 18 años. Sin embargo, las vacunas experimentales contra el Covid-19 de Pfizer y Moderna, que utilizan ARNm, podrían obtener una licencia en tiempo récord, es decir, a un poco menos de un año que la pandemia comenzó.