El domingo 25 de octubre era un día importante para Paloma Cuevas y Enrique Ponce. En otras circunstancias, habrían celebrado su vigesimocuarto aniversario de boda, como hacían todos los años: con flores, detalles y una comida familiar. Esta vez, el primer aniversario que pasan separados, Paloma ha estado en Madrid y Enrique en Cetrina, su casa de campo, en Jaén. Por su parte, Ana Soria, la joven almeriense que acompaña al torero desde hace algunos meses, ha preferido mantenerse al margen y viajar a Bilbao en compañía de un grupo de amigos de su edad.
Aunque han pasado más de tres meses desde que, a principios de julio, trascendiera la noticia de su ruptura matrimonial, y a pesar de que ambos habían asegurado que todo lo relativo a su separación se haría de mutuo acuerdo, a día de hoy, el divorcio no está formalizado y no se sabe qué es lo que está dilatando esta cuestión.
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El divorcio abriría una nueva etapa en la vida de Enrique y Paloma. Ella podría poner en marcha sus planes de viajar al extranjero y él podría dar un paso más en su relación con Ana Soria. El torero y la joven, que ahora viven en un piso de alquiler en Almería, podrían pensar en boda, pero el enlace, obviamente, tendría que ser civil. La cuestión de la nulidad eclesiástica nunca ha estado sobre la mesa.
Según ha podido saber ¡HOLA!, Paloma Cuevas se plantea pasar el curso escolar fuera de España
FOTOS : Nicolas Gerardin
@nicolasgerardin
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Se suponía que Enrique y Paloma estaban de acuerdo en la parte fundamental, es decir, los bienes a repartir y la custodia de las niñas. Sin embargo la firma del divorcio se está retrasando, como se puede leer en la revista ¡HOLA! de esta semana, que está a la venta ya como cada miércoles en tu quiosco habitual.
