Continúa la investigación

Las consecuencias neurológicas del coronavirus

Un porcentaje de los pacientes han presentado algunas afectaciones neuronales, según un estudio británico

Por Carolina Soto

La crisis sanitaria sigue teniendo al mundo en alerta. A pesar de que medio año ha pasado desde que comenzó esta situación, todavía se siguen realizando investigaciones sobre el comportamiento del coronavirus en el cuerpo y las consecuencias que el Covid-19 puede tener. Con la investigación enfocada en la creación de una vacuna, no se ha dejado de lado el análisis de los pacientes que ya enfrentaron esta enfermedad y en esta ocasión la University College London ha centrado su estudio en las consecuencias neuronales que la enfermedad puede tener en el cuerpo.

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Según ha descubierto este estudio, el número de pacientes que sufren de delirios y de daños neuronales es mayor al que se pensaba en primer momento. Según la universidad, a partir del brote de contagios se ha reportado un ‘preocupante incremento’ en pacientes con inflamación cerebral, que es típica de las infecciones virales. En específico se basaron en la encefalitis diseminada aguda, la cual afecta al cerebro y a la columna vertebral y que suele ser producto de algunos resfriados o infecciones comunes.

Hemos identificado un mayor número del esperado de gente con condiciones neurológicas como inflamación del cerebro”, se lee en el documento del estudio, en un fragmento escrito por el neurólogo Michael Zandi, “Debemos estar vigilantes y atentos de estas complicaciones en gente que ha tenido Covid-19. El que veamos una epidemia de gran escala en daño cerebral ligado a la pandemia -quizá similar al brote de encefalitis letárgica de los años 20s y 30s después de la pandemia de influenza de 1918- queda por verse”.  

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El estudio se basó en 43 pacientes de entre 16 y 85 años de edad que tuvieron síntomas neurológicos, además de padecer Covid-19, tratados en el National Hospital for Neurology and Neurosurgery de Londres. De entre la muestra representativa, 10 pacientes presentaron disfunción temporal en el cerebro, con delirio en varios de ellos, y daño cerebral en 8 casos. 12 pacientes más tuvieron inflamación cerebral, mientras 9 presentaron encefalitis diseminada aguda.

El equipo apunta a que normalmente, el hospital recibía un paciente de encefalitis al mes, lo que se ha cuatriplicado desde que comenzó la pandemia. A pesar de esto, explican que el líquido espinal no tiene rastros del coronavirus, lo que apunta a que la inflamación no es un resultado directo de la enfermedad sino una consecuencia de la reacción del sistema inmunológico. Aunque esto todavía debe ser confirmado a través de una nueva serie de estudios.

“Dado a que la enfermedad solo ha existido por algunos meses, puede que todavía no conozcamos el daño a largo plazo que el Covid-19 puede provocar”, ha explicado el neurólogo Ross Paterson, “Los doctores tienen que estar conscientes de los posibles efectos neurológicos, ya que un diagnóstico temprano puede mejorar la condición del paciente. La gente recuperándose del virus debe buscar ayuda profesional si experimenta síntomas neurológicos”. Para finalizar, la neuróloga Rachel Brown explicó: “Nuestro estudio avanza entendiendo las diferentes maneras en las que el Covid-19 puede afectar al cerebro”.

El caso de los 20’s

Entre 1917 y 1928 se vivió una epidemia de encefalitis letárgica, en la que se describe que un alto porcentaje de personas quedaron en un estado de semi-inconsciencia -aunque los síntomas más comunes de esta condición son la fiebre, el dolor de cabeza y garganta, y la visión doble-, que se logró superar gracias a un tratamiento médico. La epidemia se dio principalmente en España entre 1919 y 1920, aunque se extendió incluso al continente americano y duró más de una década. Aunque el origen sigue siendo un misterio, se le ha ligado directamente con la pandemia de influenza de 1918.