El silencio que se apoderó de los teatros y las salas de conciertos por el confinamiento, poco a poco se ha ido rompiendo con la llegada de la nueva normalidad. Tal es el caso del emblemático Gran Teatro Liceu de Barcelona, en España, que ha reabierto tras meses de puertas cerradas, para ofrecer su primer concierto tras la cuarentena a un público poco convencional. Se tratan de 2 mil 292 de plantas de distintas especies que inundaron con su verde las butacas del recinto, contrastando alegremente con el rojo de las vestiduras de los asientos y las alfombras, así como con los detalles dorados de la construcción, llenando de vida el recinto que por semanas permaneció vacío.
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Fue el pasado lunes 22 de junio cuando el Liceu de Barcelona abrió sus puertas a sus particulares invitados, ofreciéndoles una interpretación de Crisantemi, de Giacomo Puccini, a cargo de un cuarteto de cuerdas y bajo la dirección de Eugenio Ampudia, la mente detrás de esta original idea. “He establecido lazos unitarios entre ellos (plantas y humanos). Si hay conciertos para personas, también los puede haber para las plantas”, explicó el artista al diario español El País sobre el concepto que ha llamado El Concierto por el Bioceno.
Y es que para Ampudia, la cuarentena le ha dado el tiempo para reflexionar sobre el papel que jugó el humano frente a la naturaleza, convirtiéndose en un espectador de lo que sucedía en el mundo. Una metáfora un tanto irónica sobre lo que la pandemia ha significado para la humanidad, que se vio privada del lugar que siempre ocupó y que la naturaleza comenzó a reclamar mientras todos permanecían en casa. “Escuché muchos más pájaros cantando. Y las plantas en mi jardín y en el exterior crecen más rápido. Y, sin duda, pensé que tal vez ahora podría relacionarme de una manera muy íntima con las personas y la naturaleza”, dijo Eugenio previo al concierto que fue trasmitido en vivo a través de internet. “La naturaleza ha avanzado para ocupar los espacios que le hemos arrebatado”, apuntó.
Al finalizar la presentación, los intérpretes no se quedaron sin aplausos, pues Eugenio cuidó meticulosamente que todos los detalles de este peculiar evento fueran precisos. Para ello, el artista se dio a la tarea de grabar el sonido que hacen las hojas de las plantas al moverse con el viento, replicándolos en la emblemática sala a modo de ovación para los artistas intérpretes, dándole así una carga emotiva a todo el espectáculo que ya de por sí fue conmovedor.
Como era de esperarse, cada una de las plantas que fueron parte de este gran concierto tendrán un destino aún más especial. Y es que el vivero de donde fueron traídas todas estas especies, las ha donado para ser entregadas a todo el personal de salud que se la ha jugado en primera línea, buscando frenar la pandemia por el coronavirus, haciendo de esta iniciativa aún más especial.