Puede que sea una Premio Nobel de la Paz, pero al final del día Malala tiene solamente 22 años y como cualquier chica de su edad ha querido celebrar a lo grande el final de sus estudios en la Universidad de Oxford. En contra de todo pronóstico en su infancia y después de haber vivido un hecho traumático que la convirtió en un estandarte de los derechos humanos y de la posición de la mujer musulmana en el mundo, Malala ha logrado graduarse de una de las instituciones más prestigiadas del mundo y no podría estar más feliz.
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Conocida en su momento como ‘la niña más valiente del mundo’, Malala se ha convertido en una mujer divertida y muy inteligente, que no tiene problema en reírse de sí misma, como ha querido hacer en el anuncio del fin de sus estudios. En lugar de una imagen sobria o muy académica, Malala quiso seguir la famosa tradición de Oxford en la que acabó completamente cubierta en confeti. Aunque desde el 2018, la institución prohibió este tipo de festejos por los costos de limpieza que implicaban, al estar celebrando a distancia desde casa, Malala se pudo dar el gusto de cumplir con la animada costumbre.
“Es difícil expresar mi alegría y gratitud en este momento mientras completo mi grado el Filosofía, Política y Economía en Oxford. No sé qué viene adelante. Por ahora, será Netflix, leer y dormir”, escribió la simpática joven. Aunque acostumbra dar profundos y serios mensajes, además de transmitir su experiencia y punto de vista a través de concurridos discursos, en esta ocasión, Malala quiso ser una chica más. Y vaya que lo ha logrado. En algo extraño en ella, decidió usar las redes como cualquier joven de su edad y publicó una story en la que dejó claro que al acabar sus estudios, es momento de ponerse al corriente con algunas series de televisión y hasta pidió algunas recomendaciones a sus seguidores.
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Aunque hizo hincapié tanto en la publicación como en la story de que está felizmente desempleada -como suele ser el caso de los chicos recién graduados-, la realidad es que todo apunta a un futuro brillante para Malala. Pocas chicas de su edad cuentan con un currículum tan brillante como el de la joven, a pesar de que ella se define simplemente como una ‘defensora de la educación de las niñas, co-fundadora del Fondo Malala y fanática del Cricket’.
Por qué sus estudios son tan importantes
Aunque millones de jóvenes han acabado sus estudios en medio de esta cuarentena, el caso de Malala tiene una historia especial detrás. Desde que era muy pequeña, su papá le hizo saber que ella podía alcanzar todos sus sueños, a pesar de que en su natal Pakistán las mujeres no tenían permitido un futuro muy brillante ante las limitaciones que tenían en cuanto a educación -entre muchas otras restricciones-. Era apenas una niña cuando bajo un pseudónimo escribió un blog para la BBC explicando las dificultades que su pueblo vivía bajo el yugo del régimen Talibán y participó en un reportaje del New York Times.
La atención en este caso, traería consecuencias, y cuando tenía apenas 15 años sufrió un atentado por parte del grupo extremista, en el que recibió un disparo en la cabeza. La desgracia llevaría a que a nombre de Malala, la ONU exigiera que todos los niños pudieran asistir a la escuela en el 2015, lo que llevaría a impulsar el derecho de la educación en Pakistán.
Ante las amenazas contra ella y su padre, la familia de Malala tuvo que reubicarse en Londres, y en el 2014 se convirtió en la persona más joven en ganar el Premio Nobel de la Paz. Desde entonces, Malala se ha dedicado a promover la educación entre las niñas que no tienen acceso a ella. Se cree que tras su graduación, se dedicará de tiempo completo a su fundación.