El epicentro del coronavirus ha tenido que volver a levantar las alarmas ante la posibilidad de un nuevo brote. Beijing ha tenido que cerrar nuevamente 27 vecindarios ante la posibilidad de una nueva ola de contagios. Más de 1,000 vuelos han tenido que ser cancelados en el aeropuerto de la capital, cortando las operaciones de sus dos aeropuertos casi a un tercio de su capacidad, imponiendo estrictas medidas de viaje nuevamente. Como parte de estas precauciones, los colegios también han sido cerrados, al igual que restaurantes, bares y centros nocturnos, que han vuelto a cerrar sus puertas.
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Esto se debe a que en los últimos días se han dado 137 contagios, con el brote más grande en todo el país desde febrero. El Oficial de Control de Enfermedades, Pang Xinghuo, advirtió: “El riesgo de un brote de contagios es enorme y el controlarlo es difícil. Es posible que el número de infecciones continúe y dure un tiempo”. Ante esta situación el hospital de Ditan se ha preparado para lo peor, mientras los medios de comunicación transmitían el aislamiento de los 100 pacientes que se dieron en los últimos cuatro días, se ha anunciado que se han acondicionado 400 camas más de las existentes en caso de que sean necesarias en los próximos días.
Una vez más, un mercado en el ojo del huracán
Esta vez se ha rastreado el contagio al mercado de alimentos Xinfadi -el que es mucho más grande que el de Wuhan, donde se sospecha comenzó la pandemia-, que se encuentra cerca de uno de los vecindarios con mayores casos. Se cree que en este mercado se distribuye el 80% de los vegetales y la carne que se consume en la ciudad, por lo que la alerta es alta. El país también ha detenido la importación del salmón europeo, después de que los medios de comunicación apuntaran a las tablas de corte como las responsables de este nuevo contagio, por las declaraciones de un oficial. Por supuesto, Noruega ha negado cualquier posibilidad de que su industria está relacionada.
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Como medida de precaución, el mercado fue cerrado desde el sábado pasado para su desinfección y el gobierno ha ordenado que cualquier persona que haya estado en el lugar en los últimos días y sus contactos se pongan en cuarentena las próximas dos semanas. El gobierno de Beijing ha anunciado que desde el sábado han practicado 356,000 pruebas entre sus habitantes, con el fin de detener este contagio lo antes posible con miras a lo que esto podría significar para todo el país.
Aunque los 137 casos podrían no parecer gran cosa, para el país asiático ésta ha sido su alarma más grande desde que comenzó el contagio: “La situación de la epidemia en la capital es extremadamente severa”, dijo el vocero del gobierno de Beijing, Xu Hejian. Por su parte, el representante del Centro de Control de Enfermedades, Pang Xinghuo ha especificado: “Considerando que el mercado de Xinfadi es el lugar de comercio más grande para los productos agricolas con una densa población, el riesgo de diseminar el virus es alto y difícil de controlar”.