Steve Paul Jobs, el creador del primer ordenador personal y fundador de Apple Computer, se destacó siempre por tener ideas visionarias en el mundo de los ordenadores personales, la telefonía y la música digital. Con sus productos logró revolucionar este sector durante más de tres décadas. Sin embargo, durante su vida, Steve tuvo varios proyectos personales muy importantes, entre los más conocidos, su famoso yate Venus (que no pudo ver terminado) y que hoy pertenece a su viuda, Laurene Powell Jobs. Steve quiso crear una embarcación que tuviera lo último en seguridad y confort, sin perder la navegación, sin embargo, un cáncer terminal en 2011 le impidió ver terminada una de sus adquisiciones más especiales.
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Hoy, este lujoso yate con nombre de la diosa romana del amor, está valorado en más de 90 millones de euros (es decir, un poco más de dos mil millones de pesos mexicanos), y ha sido catalogado como uno de los barcos más tecnológicos del mundo. El diseño minimalista del yate fue ideado por Philippe Starck y llevado a la realidad por Feadship bajo la batuta del empresario y fundador de Apple. El yate fue construido en su mayoría con aluminio y acero. “Steve quería asegurarse de que los adolescentes pudieran estar en la parte delantera del bote cuando él estaba en la parte de atrás y viceversa. Estaba obsesionado con el silencio. En su casa, los niños no hacían ruido, ni el perro, ni su esposa... nadie hizo ruido, nunca”, relataba Philippe sobre su colaboración en Venus.
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El exclusivo yate cuenta con siete iMac de 27 pulgadas que lo gobiernan desde un puente de mando cuadrado y diáfano, muy al estilo de Apple. Su capacidad es para 12 pasajeros y 22 tripulantes, y cuenta con 78 metros de eslora y una velocidad máxima de 22 nudos. Steve nunca quiso que trascendieran imágenes de su interior, un deseo que su viuda e hijos han cumplido hasta el momento. Steve construyó esta embarcación para su familia con el sueño de conocer todo el mundo en él, un deseo que no puedo llevar a cabo, pero hasta sus últimos días no dejó de trabajar en el barco. Por ahora, solo se sabe que, con frecuencia, sus hijos y su viuda.