Conoce a Gracie, la perrita que volvió a caminar gracias a una silla de ruedas hecha con legos

Por Ricardo Vidal

Sin duda alguna, las historias en las que los animales son los protagonistas son las mas conmovedoras. Sin embargo, la de la perrita Gracie ha robado el corazón de miles alrededor del mundo, que se han encargado de viralizar su inspiradora historia. Y es que desde el momento de su nacimiento, la pequeña tuvo que enfrentarse a muchos desafíos, pues su salud no era la óptima y su pronóstico de vida era limitado. Sin embargo, gracias al amor e ingenio de su familia, la perrita logró salir adelante.

Gracie nació sin sus dos patitas delanteras por lo que estaba condenada a no poder caminar de por vida. Además, la pequeñita comenzó a tener infecciones y otras enfermedades, por lo que los doctores prácticamente la desahuciaron y su familia original decidió abandonarla en el veterinario “sin pensarlo dos veces”, tal vez creyendo que moriría en cuestión de días, de acuerdo con un video publicado en el canal de Youtube de Gracie, en el que se cuenta su historia.

Afortunadamente, uno de sus doctores se puso en contacto con el refugio animal local, a cargo de la familia Turney, en donde fue recibida por todos los voluntarios del lugar con mucho amor. Aunque la perrita no tenía muchas esperanzas de vida, su nueva familia se encargó de darle la mejor calidad de vida, logrando que Gracie se recuperara. De hecho, la pequeña era una cachorra muy traviesa y activa, por lo que la falta de sus patitas parecía no ser problema para ella, pues se las ingenió para desplazarse, aunque esto represetaba un esfuerzo físico mayúsculo para ella. 

Los Turney pensaron en ponerle una sillita de ruedas para que pudiera correr y caminar sin mayores dificultades, pero al ser tan chiquita, no encontraron alguna que le quedara a la perfección. Fue así que se les ocurrió pedirle a Dylan, uno de sus voluntarios más jóvenes, que diseñara y armara una silla de ruedas con puros legos. La idea no pudo ser más brillante y en cuestión de días Gracie ya corría por los jardines y pasillos del refugio con ayuda de su ingenioso regalo.

Conforme la perrita iba creciendo, la silla de legos también lo hacía, adaptándose con facilidad al tamaño y necesidades de Gracie, hasta el día de su primer cumpleaños, cuando por fin recibió una silla de ruedas real. Y es que ahora el animalito ya había dejado de crecer y tenía el tamaño apropiado para poder tener un aparato apto para su edad y su tipo de actividad. Gracias a la ayuda de Dylan y al buen corazón de sus rescatadores, ahora la perrita puede caminar y correr incluso sin su silla de ruedas.