Un relato en el que un hombre británico explica cómo están viviendo la cuarentena desde un crucero por el Coronavirus, llenó de conmoción las redes y parte del mundo hace unos días. Sin embargo, ante este suceso surgieron nuevas historias de algunos pasajeros, entre los que ha resaltado la vivencia de una pareja de mexicanos. José Antonio Alatorre de 54 años y su esposa, Lissa, son un matrimonio originario de nuestro país que se encuentra varado en el crucero Diamond Princess, barco que ha sido obligado a ponerse en cuarentena con más de 3,700 personas en Yakohama, Japón, desde el pasado 03 de febrero, tras confirmarse que hasta el momento existen 174 pasajeros infectados con la nueva cepa mortal.
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Sin ninguna ventana en su camarote y sin saber si es de día o noche, José y Lissa permanecen refugiados en el crucero, según pudo revelar el mexicano a través de una entrevista telefónica con El Universal. El matrimonio explicó en la misma entrevista que se embarcaron en la aventura del crucero el pasado 20 de enero, sin saber de la existencia del brote que amenazaba la ciudad de Wuhan en China, y que hasta el momento ha dejado más de mil víctimas mortales, y según expertos de no controlarse podría atacar hasta el 60% de la población.
A un día de que el maravilloso viaje por crucero terminara, la pareja de mexicanos se enfrentó a la peor pesadilla, puesto que el capitán anunció que una persona había dado positivo al Coronavirus, y serían puestos en cuarentena. “Estamos aguantando el encierro, y estamos preocupados, porque cada día van aumentando más los enfermos. Esperamos que no nos toque”, explicó angustiado José, para luego agregar: “Nuestra única ventana es una televisión conectada al barco”.
El mexicano además confesó que desde el pasado 03 de febrero que el ‘encierro’ comenzó solo han podido salir tres veces a tomar aire, una fue el pasado 6, la segunda el 8, y una tercera vez sucedió el pasado lunes 10. Las tres salidas que la pareja realizó fueron con los siguientes cuidados: usando mascarillas, guantes y tomando una distancia de mínimo un metro de persona a persona. Según explicó, el capitán anuncia que pisos, cuándo y a qué lado del barco pueden salir.
“Hemos estado tranquilos, es increíble como se pasa el tiempo”, dijo José, quien trabaja como controlador de tránsito aéreo en el aeropuerto de la Ciudad de México. “Sabemos que la situación no la podemos cambiar, pero lo que si podemos cambiar es nuestra actitud de cómo enfrentamos esta situación. Así que tratamos de ser positivos, de animarnos unos a otros para seguir adelante, tener buen sentido del humor para tomar cosas con calma y no apesadumbrarnos”, compartió el mexicano, quien además agregó que él y su esposa, quienes son Testigos de Jehová se encuentran muy pendientes con su comunidad espiritual.
Tras encontrarse encerrados en un camarote muy pequeño, la pareja confesó que todos los días están realizando varios ejercicios físicos: “Hacemos estiramientos que nos recomendaron aquí como parte de un programa sobre cómo ejercitarse en un lugar encerrado”, dijo José. A pesar de la difícil situación, el matrimonio a demostrado que el amor crece entre ellos, pues el mexicano concluyó la entrevista expresando: “No podría estar con mejor compañía”, aludiendo a su esposa compartía: “Es mi gran compañera, ella me anima y yo la animo; que mejor que estar al lado de la persona que más ama uno”, finalizó.