Cuando John Smith tenía solo 14 años, su vida cambió para siempre. Era el 19 de enero del 2015, cuando decidió salir a jugar con dos amigos en el lago Sainte Louise en Missouri que en ese momento estaba congelado. Desgraciadamente, el hielo no los soportó y todos cayeron a las aguas gélidas. Sus amigos pudieron ser recatados rápidamente, pero John pasó más de 15 minutos bajo el agua. Su cuerpo fue rescatado sin vida y aunque se intentó darle los primeros auxilios por 43 minutos en el St. Joseph Hospital West, el chico estaba ‘muerto’…o por lo menos eso creían. Los doctores se preparaban para dar las terribles noticias a la madre del niño, pero no esperaban lo que iba a suceder.

Joyce, la mamá de John, vio a su hijo en la cama del hospital completamente inmóvil, con una bajísima temperatura corporal. Siendo una mujer religiosa recordó aquella historia de Lázaro y cómo Dios pudo regresarlo de la muerte y comenzó a rezar. “En el minuto en el que recé: ‘Espíritu Santo, por favor, ven y trae a mi hijo de vuelta’, su corazón volvió a latir”, contó la mujer a People.

Por supuesto, esto era solo el primer -gran- obstáculo, pues el cuerpo presentaba fallas en múltiples órganos pero lo más delicado es que tenía nula actividad neuronal. Los doctores le dieron a Joyce solo un 1% de probabilidad de que el chico sobreviviera la noche. Sorprendentemente, John se recuperó totalmente y no tiene ninguna secuela de lo sucedido tras haber pasado 16 días en el hospital.

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Aunque su familia es profundamente religiosa, algo a lo que los doctores atribuyeron lo sucedido, John no llevaba este tipo de vida. “Tuve que lidiar con buscar la respuesta a la pregunta: ‘¿Por qué yo?’…Después de un tiempo y de mucha oración y guía, eventualmente vi que Dios es la única manera de superar algo así”, ha dicho el chico al mismo medio.

Su sorprendente historia será llevada a la pantalla en la cinta Breakthrough, protagonizada por Chrissy Metz de This is Us. Fenómenos como éste han sido denominados por la ciencia como ‘casos Lázaro’ y se documentan científicamente desde 1982, explicando que la circulación regresa al cuerpo al detener los intentos de resucitación.