¿Imaginas ser hija de uno de los hombres más poderosos del mundo con tan solo ocho y once años y vivir una apresurada mudanza a la Casa Blanca? Eso es exactamente lo que les ocurrió a Malia y Sasha Obama en 2009. Su padre, Barack Obama, llegó a la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero hace ahora diez años, y tuvieron que adaptarse rápidamente a una vida totalmente nueva para ellas. Su madre, la exprimera dama Michelle Obama, ha intervenido en el programa de Conan O'Brien, Conan O'Brien Needs a Friend, y ha explicado cómo de duro llegó a ser para sus pequeñas, que ya tienen 20 y 17 años, entender que su vida no sería la misma por ser hija del presidente del Gobierno.
Michelle se muestra en todo momento orgullosa de sus dos hijas, a las que describe como chicas que han llegado a ser mujeres "equilibradas, elegantes y resistentes" a pesar del giro que dio su vida hace años. Crecer sabiendo que eres el centro de atención con la presión que eso conlleva no fue fácil para ellas, aunque siempre las ayudaron para que fuera lo más liviano posible. "Imagínate tener tu primer beso o fumarte un cigarrillo y de repente aparecer en el Page Six. Ellas han tenido que aprender a armarse de valor y luego salir sin ser resentimiento", explica en el programa de podcast.
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No es fácil, que de la noche a la mañana, se establezca en tu familia la norma de tener que ir acompañados por numerosos coches de protección y policías cada vez que sales de casa. Aunque también reconoce que han sido dos niñas muy afortunadas que, a pesar de "sacrificar gran parte de su infancia", han tenido la oportunidad de conocer a importantes personalidades de todas las esferas como al Papa o la Reina de Ingraterra.
"Tuvimos que crear una crisálida de normalidad en un mundo bastante alocado y anormal. Pasamos ocho años diciendo: '¡Todo está bien! Esto es normal, estaréis bien, vosotras solo id a la escuela… Estáis a salvo, ¡no os quejéis! Tenéis personas que os protegen, tenéis comida, ¡no os quejéis!'", explica Michelle Obama en el programa de Conan O'Brien, que desde que dejase de ser la primera dama estadounidense se dedica a concienciar al mundo sobre la importancia de la educación, sobre todo en las niñas. Además, ha publicado un exitoso libro de memorias: Mi historia, en la que también hace referencia a los duros días que pasaron sus hijas Sasha y Malia durante la presidencia de su padre.
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Ahora, las hijas de Michelle y Barack Obama continúan con sus estudios. Malia, la mayor, es una universitaria más en Hardvard y Sasha, la pequeña, estudia secundaria. Dos jóvenes maduras y responsables ante las que su madre reconoce en la entrevista: "Me quito el sombrero ante ellas".
