Joven mexicano inventa un endulzante que no es nocivo para la salud

Por Fernanda López

Imaginas un endulzante que puedas utilizar en tu dieta diaria, que no sea nocivo para la salud, protega tus dientes y que a parte de todo...¡sepa a azúcar! Bueno pues un científico mexicano de 27 años, ha creado un producto revolucionario que no sólo pretende combatir los problemas de obesidad y diabetes en México, sino que también propone procesos sustentables que ayudarán a reducir la contaminación, mientras se apoya económicamente a las comunidades agrícolas.

Su nombre es Javier Larragoiti y es el creador de un endulzante llamado Xilinat, un producto que está hecho de Xilitol, obtenido de los residuos del maíz. Este joven mexicano, maestro en ingeniería química por University Collage London y asesor de investigación en la Universidad Iberoamericana (UIA), experimentó una gran incertidumbre cuando se enteró que su padre había sido diagnosticado con diabetes y decidido a ayudarlo en el proceso, comenzó a investigar más sobre la enfermedad, sus causas, efectos y cómo es percibida por la población mexicana. Y fue así como llegó a un conclusión: muchos mexicanos consumen azúcar- aún teniendo diabetes-, porque los endulzantes comerciales no tienen un sabor agradable. “Los edulcorantes comerciales tienen un sabor horrible y modifican los alimentos. Pensé que una solución ideal sería tener un sustituto con un sabor igual al azúcar convencional, que la gente con diabetes pudiera consumir”, explica Larragoiti al Universal.

La idea surgió mientras Javier estudiaba la licenciatura en la Universidad Iberoamericana, y todo comenzó como un simple proyecto escolar. El Xilitol es un endulzante natural que se extrae de los abedules, sin embargo el proceso original puede ser muy costoso y conlleva la deforestación. Por esto, Javier y su equipo de trabajo pensaron en otra forma de obtener la sustancia y fue así como desarrollaron tecnología que extrae el Xilitol de los residuos del maíz blanco. Solución que no sólo beneficia a la ecología al evitar que los desechos sean incinerados o tirados a la basura, sino que también resulta en un apoyo económico a las comunidades agrícolas con las que el joven mexicano ha llegado a acuerdos comerciales. “Mientras mayor volumen de producto coloquemos en el mercado, tomaremos más residuos de comunidades agrícolas mexicanas y por lo tanto evitaremos una gran cantidad de contaminación”, aseguró.

Xilinat lleva un año constituida como empresa, y en ese tiempo ha obtenido reconocimiento tanto nacional como internacional. En México obtuvo el primer lugar a empresa con impacto social CitiBanamex, el premio DOW a la sustentabilidad, y el tercer lugar en CleanTech Challenge. A nivel internacional, fue premiado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Second World Jiling Entrepreneur Convention y obtuvo el quinto lugar en el Global Economic Leaders Summit en China.

Ahora el mayor reto de Javier es comenzar a tener ventas y acercar el producto al público. “La mayor parte del dinero con el que hemos financiado la empresa ha llegado a través de premios, apoyo de familiares y amigos, pero nuestra intención es acercanos a asociaciones que nos ayuden a hacer llegar el producto a hospitales y sectores de bajos recursos”, afirma el joven. “Hacer que el dinero rinda es un reto. Pero preferimos aprovechar nuestro sueldo, vivir con menos e invertir la mayor parte de las ganancias en el proyecto”.