Tour fotográfico por Bretaña, una tierra de inspiración

Son Brest, Dinan, Locronan, Quimper, Rennes, Rochefort-en-terre, Saint-Malo y Vannes. Unas al borde de ese mar bravío que baña su costa, otras recién sacadas de época medieval y alguna más que bien pudiera servir de escenario de cuento. Viajamos a esta región francesa para retratar en imágenes algunas de sus ciudades más encantadoras.

by hola.com

Los amantes de la naturaleza saben bien que si por algo es conocida Bretaña, en Francia, es por ser una región de paisajes marinos salvajes y acogedores valles rurales de un verde intenso. Pero esta tierra volcada al mar que vive ensimismada en su mundo celta, con lengua y cultura propia, también reúne un buen número de pueblos medievales y ciudades con mucho arte e historia que animan a sumergirse en el alma bretona y a disfrutar de sus leyendas y tradiciones, de sus festivales y hasta de su reconocida gastronomía.

* Usa las teclas derecha e izquierda para navegar por las fotos en la página

BREST
Ubicada en una bonita ensenada, en esta ciudad bretona de pasado militar, como evidencia su castillo, todo gira en torno al mar. No en vano su castillo alberga un museo de la Marina, posee un animadísimo muello y alberga uno de los oceanográficos más interesantes de Europa, el Oceanópolis.

 

CALLE DE DINAN
Sobre una empinada colina, las laberínticas callejuelas de esta ciudad amurallada, sobre todo la encrestada rue Jerzual, a la que asoman los talleres-tienda de artesanos de la madera y el vidrio, conducen directamente a la Edad Media.

 

PANORÁMICA DE DINAN
A orillas del río Rance, Dilan ofrece deliciosos paseos entre el puerto deportivo, donde atracan modernas embarcaciones, y el estuario.

 

ARQUITECTURA DE DINAN
Dinan es una ciudad de piedra y pizarra que parece de cuento, dominada por el torreón circular de la duquesa Ana, que se retiró aquí tras la muerte de su esposo, Carlos VIII. Su aire romántico invita a detenerse en rincones tan evocadoras como La Place des Merciers.

 

LOCRONAN
La iglesia de Saint-Ronan, con sus gárgolas y torres coronadas con cigüeñas, es la joya artística de Locronan.

 

LOCRONAN DE PELÍCULA
Esta fotogénica localidad que parece sacada de un decorado de cine, por algo ha sido escenario de películas, se ha ganado formar parte del exclusivo club de “los pueblos más bonitos de Francia”. Sus casas y calles de piedra detenidas en el tiempo parecen dejar a esta ciudad en un continuo letargo medieval.

 

RENNES
La capital bretona es una ciudad joven y animada de ambiente universitario, aunque con una larga historia que relatan sus callejuelas con fachadas con entramados de madera, sus monumentos y sus jardines.

 

ROCHEFORT-EN-TERRE DE NOCHE
Esta ciudad bretona ubicada cerca del Canal de Nantes a Brest es una de las más bonitas y le ha hecho merecedora de ser uno de “los pueblos más bonitos de Francia” e invita a emprender un viaje por el tiempo con sus murallas, el castillo del siglo XII convertido en palacete en XX y sus casas antiguas.

 

 

RINCÓN DE ROCHEFORT-EN-TERRE
La ciudad está repleta de rincones inspiradores cuajados de flores, donde geranios, petunias y siemprevivas parecen surgir a la piedra de sus casas medievales de piedra gris.

 

ROCHEFORT-EN-TERRE MEDIEVAL
Aquí se cuidan todos los detalles: callejuelas adoquinadas, rótulos armonizados… La ciudad parece una joya engarzada en el corazón de Morbihan, que tiene una de sus mejores estampas en las casas medievales de la encantadora plaza del Puits y de la calle Saint-Michel.

 

ROCHEFORT-EN-TERRE ARTESANAL
El paseo por esta encantadora ciudad descubre sorpresas como esta panadería artesanal en las calles.

 

 

SAINT-MALO
A los pies de las murallas que protegen esta ciudad fortificada, antiguo refugio de corsarios, surgen hermosas playas que complementan su magnífica fachada marítima.

 

VANNES MARINERA
La luz marinera rebosa en esta joya del golfo del Morbihan. En la imagen, el puerto deportivo, en el corazón de la ciudad, donde en verano toman asiento sus cafés junto al muelle.

 

CASAS MEDIEVALES DE VANNES
Casas con entramados de madera, ornamentadas celosías y fachadas coloridas se suceden por el centro medieval de la ciudad, situado en la parte alta.

 

QUIMPER
Situado a las orillas del Odet, a 2,5 km de Quimper, el castillo de Lanniron fue durante más de seis siglos la residencia de los obispos de Quimper. Convertido en residencia palaciega en el siglo XIX, está rodeado de jardines de estilo francés que descienden en terrazas hasta el río.