Psicologia

Cuando un segundo bebé llega a casa... El caso de Malena Costa

Ser madre por segunda vez tienes sus ventajas, pero también supone un gran reto emocional. Los temores de los padres no tienen tanto que ver con el estado de salud del futuro bebé o las posibles complicaciones que puedan surgir durante el parto, sino con su capacidad de amar tanto de nuevo

Por hola.com

La modelo Malena Costa y el futbolista Mario Suárez acaban de ingresar en el Hospital Ruber Internacional para convertirse en padres por segunda vez. Con el pequeño Mario, la familia Suárez Costa ya cuenta con cuatro miembros. Matilda, la primogénita, llegó a la vida de la pareja hace poco más de un año y desde entonces ha acaparado la atención de sus padres. Malena Costa confesaba que era una niña “que todo el día ríe, súper sociable, divertida, graciosa, come bien, duerme bien… ¡Nos tiene loquitos a todos!”. Sin embargo, la llegada de un segundo hijo supondrá un importante cambio tanto para la pequeña como para sus padres. Y es que el hecho de ser madre por segunda vez tienes sus ventajas, pero también supone un gran reto emocional.

La principal ventaja para los padres es la experiencia. Al conocer en qué consiste el proceso físico y psicológico y los cambios que se experimentan en cada etapa del embarazo es posible tomar medidas para prevenir o reducir el malestar que se experimentó durante el primer embarazo, planificar una rutina de visitas prenatales al ginecólogo y pruebas médicas, y adoptar aquellas pautas de alimentación y de ejercicio que ya demostraron ser efectivas en nuestro caso. Todo esto influye en que, en la mayoría de los casos, el segundo embarazo se viva con mayor tranquilidad y se disfrute más.

Otra de las ventajas de estar embarazada por segunda vez es que los tiempos de reacción y adaptación de la anatomía de la mujer se acortan y que el cuerpo mantiene el recuerdo de los cambios hormonales vividos durante el primer embarazo. Sin embargo, la llegada de un segundo hijo también supone un importante reto emocional. Y no solo para el primer hijo, que pasará a adoptar el rol de hermano mayor; también es un desafío psicológico para los padres. Estos reconocen sentir cierta inseguridad, dudas e incluso miedo con la llegada del segundo hijo. Pero sus temores no tienen tanto que ver con el estado de salud del futuro bebé o las posibles complicaciones que puedan darse durante el parto.

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El miedo de los padres: ¿seré capaz de amar tanto a mi segundo hijo?

El miedo que sienten los padres que repiten la experiencia de traer a un bebé al mundo está relacionado con su capacidad de amar. “Les parece que no van a ser capaces de implicarse tanto en un segundo embarazo, que no es posible amar tanto de nuevo”, explica la psicóloga perinatal Diana Sánchez. No obstante, estos miedos acaban desapareciendo. “Los padres se sorprenden cuando descubren que no sólo es posible volver a amar con la misma intensidad, sino que la experiencia es igual de satisfactoria que la primera vez y que el amor maternal no tiene límite ni fin”, asegura la experta.

Lo que no desaparece con tanta facilidad es a la hora de compaginar las necesidades del primer hijo con las del bebé, que en ocasiones no van acompasadas. “El bebé necesita tranquilidad y el niño necesita juego. A veces cambiar de un estado de tranquilidad a un estado de activación, es difícil, sobre todo porque al hermano mayor le va a costar entender que, de repente, sus padres no puedan dedicarle la misma atención que antes”, explica Sánchez. Estas situaciones son propensas a generar bloqueos psicológicos, los cuales se pueden prevenir siguiendo una serie de pautas:

  • Trabajar la atención plena y la aceptación para que podamos asimilar mejor que todo lo que llegue con el segundo nacimiento es un proceso normal, y aceptarlo como tal. Sobre todo ante los cambios de humor del hermano mayor. Aceptar los momentos difíciles y los cambios es la base para sentirse bien y, por lo tanto, para no sentirse estresados o ansiosos ante las nuevas y acumuladas exigencias de una segunda maternidad.
  • No anticipar nada
  • Evitar situaciones de preocupación y ansiedad, y disfrutar cada momento sin miedo. Ya saben cuidar de un bebé, tienen experiencia, y hacerlo con dos no supondrá problemas. Además, sin miedo no habrá bloqueos psicológicos.
  • Buscar apoyo en la familia o en la pareja para evitar que el cansancio y las sensaciones negativas deriven en estrés.

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¿Cuándo se debe buscar ayuda en el psicólogo?

La psicóloga Diana Sánchez explica que es importante consultar con un profesional de la Psicología cuando se sufre algún tipo de malestar psicológico, pero sobre todo, cuando alguno de los progenitores sufre alguna psicopatología previa que, con la llegada del segundo hijo, pueda empeorar o haya empeorado. El papel del psicólogo consistirá en hacer una valoración de la forma en la que los padres están manejando sus propios autocuidados (descanso, alimentación, etc...) y en la que buscan espacios con otras madres y padres para comentar sus experiencias. También es importante valorar si existe depresión en la madre y en el padre. “Puede ocurrir que haya una depresión posparto, que a veces no es valorada porque se considera normal que se sientan tristes, que lloren, etc... Y además, aunque poco conocida, también puede ocurrirle al padre”, indica.

La terapia del psicólogo consistirá en entender qué está ocurriendo en esa familia, y qué mecanismos están funcionando para que exista una falta de regulación emocional en los padres que les haga sentirse desbordados ante la nueva situación. “El psicólogo trabajará con ellos sus propias exigencias hacia la nueva llegada, técnicas de relajación y mindfulness, e intentará que se sientan cada vez más seguros en esta dura tarea que es a veces la crianza (y tan mal valorada). Los profesionales solemos centrarnos mucho en reforzar su sensación de confianza y valía en ellos mismos y también la compasión para con ellos mismos para saber gestionar sus sentimientos cuando las cosas no vayan como ellos habían previsto”,

Y como siempre es mejor prevenir que curar, la psicóloga recomienda a los futuros padres que se preparen adquiriendo hábitos saludables de alimentación y rutinas moderadas de ejercicio. “Yo les diría a los padres que se preparen simplemente cuidándose, descansando y planificando actividades, como el yoga prenatal, que dé tiempo a la pareja para dedicarse en exclusiva al bebé que viene en camino; pero, sobre todo, que disfruten del embarazo todo lo que puedan”, concluye.