La mano que tiende ayuda, la caricia que enjuga una lágrima, el abrazo que consuela una pena no necesitan traducción. El lenguaje de la cooperación, de la solidaridad... del amor es universal, se entiende a cualquier edad –de 0 a 100 años- y en todas partes -aquí y en Pekín-, porque llega directamente al corazón. Es también el que mejor comprenden los niños con Trastorno Específico del Lenguaje, una alteración grave y duradera que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios y que se prolonga durante la infancia y la adolescencia pudiendo dejar en algunos casos secuelas significativas en la edad adulta.
Doña Letizia ha vuelto a expresarse en el lenguaje que todos entienden.Ha abierto las puertas de palacio a una representación de la Asociación para el Trastorno Especifico del Lenguaje de Madrid (ATELMA) para interesarse por las actividades, por los objetivos y por los proyectos de este grupo de padres que quieren dar a conocer a la sociedad la discapacidad de sus hijos y concienciar a los poderes públicos de su existencia y de la importancia de sus dificultades, equiparables a otras minusvalías de identificación más clara, así como también conseguir modelos educativos y terapéuticos más eficaces y más generalizados, además de ayudar a las familias a través de las experiencias compartidas.
La Reina entró con paso alegre, presto a la ayuda, y sonrisa calma, segura de la buena dirección de los avances de la asociación. Saludó uno por uno a los miembros presentes, encabezados por su Presidenta, Esther González, y con especial detenimiento a los chavales. Un niño y una niña, que representan a los hijos de más de ochenta familias aquejadas por este trastorno tan desconocido que afecta a la comprensión y/o expresión del lenguaje. Los pequeños mostraron verdadero interés en la soberana, que les dedicó cariñosas atenciones; la soberana mostró verdadero interés en la causa, que compartió con ella las agendas de trabajo de los padres y le trasladó los mil y un problemas escolares y terapéuticos a los que se enfrentan. La Reina les ha tendido la mano, claro gesto de entendimiento.
