Guía esencial para entender la etiqueta

La etiqueta que vestimos en las bodas nace en realidad de la de los actos oficiales, que cambia dependiendo del momento del día

Por Ana Riaza

Black tie, business, casual... La etiqueta anglosajona suele marcar los eventos de alfombra roja, que muchas veces se trasladan al vocabulario que normalmente usamos a este lado del charco. A veces, de hecho, y entre tanto vestido sirena, glamour a lo Hollywood y fiestas VIP, se nos olvida en qué consiste exactamente el protocolo en España. De ahí la confusión que nos surge de vez en cuando cuando recibimos una invitación a una boda o un bautizo (que tienen protocolos diferentes) o cualquier otro evento con etiqueta. "Tradicionalmente, en España la etiqueta protocolaria la marca el caballero. Quiere decir que las mujeres han de vestirse según lo que la etiqueta marque para los hombres", nos explica Marina Fernández, directora de Relaciones Institucionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo. Esto es, a grandes rasgos, lo que funciona para actos oficiales made in Spain, de donde nace la etiqueta en la que se inspira el protocolo de las bodas.

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EN UN EVENTO DE MAÑANA

Se considera un evento de mañana todo aquel que se celebra antes de la caída del sol: es decir, incluso a primera hora de la tarde la etiqueta que manda es la de mañana, aunque siempre debe tenerse en cuenta a la hora que terminará el evento en cuestión. "En este tipo de eventos lo que manda es el chaqué para ellos y el traje cóctel para ellas", nos explica Marina Fernández. Esto es: dos piezas con top chaqueta entallada, y falda a la rodilla elaborada en tejidos ricos tipo sedas, brocados o terciopelo, y que abundan en la gran mayoría de colecciones de fiesta hechas en España, tanto en talleres como en firmas prêt-à-porter. "Protocolariamente, el chaleco del chaqué es de color gris a no ser que sea un acto académico, que entonces es negro". Entrarían en este tipo de eventos las entregas de premios que se celebren por la mañana, por ejemplo.

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EN UN EVENTO DE TARDE

Por la tarde, el protocolo dicta que los hombres cambien el chaqué por el frac, "y el traje largo de gran gala para ellas". Este tipo de diseños son los más especiales del armario femenino, ya que no todos los días podemos ponernos un vestido largo hasta los pies, que no deje ver los zapatos, y que a pesar de todo deben ser de tacón alto para favorecer la caída del traje. Los vestidos de gran gala también suponen un acto de creatividad a la hora de combinarlos y repetir con ellos, cambiando exclusivamente los accesorios, o alternando eventos a los que asistan invitados diferentes. "Éste es el tipo de etiqueta que se exige, por ejemplo, en la entrega de los Premios Nobel", puntualiza la experta en protocolo.

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EN UN EVENTO DE NOCHE

Para la noche, la etiqueta masculina viene dictada por el esmoquin, una pieza clave de la red carpet que suele ser la gran preferida por los famosos, y que admite algunas combinaciones de color más allá de las que normalmente vestiríamos con chaqué o frac, especialmente en la chaqueta, que suele ser negra - aunque la de color blanco es un hit reciente de la alfombra roja, y muy popular tanto en Estados Unidos como Latinoamérica-, y que puede modificar el aspecto de la solapa con acabado redondeado o en punta de flecha. También varían la botonadura de la camisa, en black & white, o la pajarita de seda, con diferentes acabados en el lazo. Para las mujeres, la etiqueta de noche la marca el traje largo, pero no de gran gala, es decir, "un vestido largo que deja ver los zapatos".

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EN EVENTOS 'SIN ETIQUETA'

Entran en esta categoría los eventos en los que no cuadra ninguna de las etiquetas anteriores, y son quizá los más confusos y en los que resulta más necesario requerir la ayuda de una persona experta en estas lides. "Para los hombres lo mejor es optar por un traje oscuro, por ejemplo, un traje de chaqueta en color gris marengo, o en azul marino, y siempre con corbata". Nunca en negro, porque este color se asocia al luto dentro del vestuario formal masculino, especialmente cuando elegimos un traje sastre sobre cualquier otro de los anteriores -en el esmoquin el negro es más común. Para el vestuario femenino 'sin etiqueta', lo más conveniente es optar por "un traje corto, a la rodilla, con telas más humildes que el traje cóctel", evitando los acabados muy suntusos en encaje, o los brocados y bordados de pedrería.

EN EVENTOS PRIVADOS

A pesar de que lo primero que nos venga a la cabeza cuando hablamos de etiqueta y protocolo sean bautizos, fiestas y bodas, tanto unos como otros entran dentro de la categoría de eventos privados, por lo que, aunque hay reglas, es común que los anfitriones instauren un dress code propio, que debe venir siempre indicado en la invitación, y que puede inspirarse de alguna manera en las reglas anteriores de protocolo para adaptarlas a lo que más y mejor les convenga en función del evento, tanto si se trata de un enlace como de una fiesta cóctel o una Comunión. "Por eso es muy normal ver chalecos de colores en las bodas" nos explica Marina Fernández, "y mezclas de caballeros con chaqué y mujeres con traje largo".