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Ya lo dice el refrán: en abril, aguas mil. Y los refranes no mienten, al menos que se sepa. Si estás 'sufriendo' el clima de entretiempo, es decir, lluvia que aparece sin avisar, y que combina la lluvia ligera con un chaparrón a la altura de un monzón tropical, sol + viento, o temperaturas que se saltan por completo las predicciones meteorológicas del día, es posible que tengas que subir el volumen a tu armario, al menos durante unas semanas más, y hacer uso de las claves del look de estación que se enclava entre la temporada de invierno y la de verano.
Para empezar, tomando ejemplo de algunas de las ciudades del mundo donde es imposible esquivar la lluvia, no ya en primavera sino en todo del año: el entretiempo, más que una bisagra entre estaciones, es un estilo de vida. Londres, por ejemplo, ha hecho del look antilluvia de las londoners una seña de identidad: entre sus opciones del día a día no faltan un trench o un impermeable, unas botas Wellingotn ('wellies') o un paraguas plegable. Prendas que integran cualquier ABC sobre la lluvia, pero que no son las únicas que puedes incorporar a tu look cuando el día pasa de sol a sombra en tiempo récord. Veamos algunas de ellas.
PIES MOJADOS, NO GRACIAS
Una de las peores cosas de la primavera son los pies mojados, producto de haber salido de casa bajo un sol radiante y con unos mocasines recién estrenados, y llegar a la oficina media hora más tarde bajo una lluvia torrencial. En invierno los calcetines y medias no se mojan tanto como en primavera precisamente porque tenemos activado el chip de mal tiempo, mientras que a partir de finales de marzo cambiamos la tónica de 'esperar que haga malo' a confiar en que 'seguramente hará bueno'. Error. Durante al menos unas semanas más después del inicio de la primavera, es importante no desterrar del todo las botas del armario: puedes ir a por un look antilluvia total, con unas wellies combinadas con un vestido de flores, o por unas ankle boots tobilleras con vaqueros o minifalda. No te pierdas cómo funcionan estas botas más cortas con los diferentes largos de tus prendas.
ARRIBA EL BAJO
Sí, has leído bien. Nos referimos por supuesto al bajo de los pantalones: remangados hacia arriba, si son unos chinos o un par algo más casual, o incluso cortando por lo sano si se trata de un vaquero, haciendo de un pitillo un pantalón tobillero. Dependiendo de las hechuras del pantalón, un truco funcionará mejor que el otro (evita los boyfriend jeans o pantalones de pata de elefante): aunque llueva, en primavera puedes llevar los tobillos al aire, así que remanga el pantalón y evita que se moje con la lluvia, u opta directamente por un modelo cropped. Estiloso y funcional, el combo antilluvia perfecto.
INVIERTE EN COMPLEMENTOS
Esto no cambia mucho respecto a otras épocas del año. Los complementos son capaces de cambiar por completo cualquier look, aunque en casos particulares como en un día de lluvia es importante que además sean lo más prácticos posible, y cumplan una doble función: que vayan con tu look y que además te protejan de los elementos. Por ejemplo, un buen paraguas, amplio, con varillas estables y tejido waterproof. También las botas que mencionábamos antes, evitando los materiales más delicados como el ante o los zapatos de tela que se calen enseguida. Un sombrero de ala ancha. Unas medias finas. Unas gafas de sol. Y un pañuelo o headscarf para el cuello o la cabeza. Si llevas paraguas, mejor optar por bolsos de correa, cruzados o que puedas llevar colgados del brazo.
BELLEZA TODOTERRENO
Si está lloviendo a cántaros, quizá no sea un buen día para llevar un smokey eye al trabajo: te arriesgas a lucir un 'efecto mapache' nada más pisar la oficina... En días en los que amenza lluvia intensa, prueba con beauty looks más naturales, con bases neutras y maqullaje waterproof, además de un producto para el cabello que evite el encrespamiento, sobre todo si tienes el pelo ondulado. El detalle definitivo: una buena coleta, un high bun o una trenza, y di adiós al viento.
CAPAS, CAPAS Y MÁS CAPAS
Una norma a lo largo de todo el año en países acostumbrados a la lluvia, pero no tanto en otros con climas más cálidos: en los países mediterráneos aún queda mucho por aprender en el terreno de las capas. Por suerte, hoy en día es posible importar prácticamente cualquier look, así que toma nota: vestirse por capas ayuda a sobrellevar el clima de entretiempo ya que te permite tener encima todas las prendas necesarias para sobrevivir a la lluvia, el sol radiante y el viento huracanado a lo largo de una misma jornada. Un ejemplo: una blusa de tirantes + cardigan o americana + raincoat + pañuelo al cuello. Viste siempre con las capas más ligeras por dentro y las más pesadas por fuera, para poder ir quitándolas de manera ordenada, según el tiempo que haga.
EL 'TRENCH COAT'
Concebido inicialmente como una gabardina militar que debía cubrir del cuello a los pies, en tejido waterproof y altamente resistente, el trench ha dejado de ser una prenda (literalmente) 'de batalla' para pasar a ser un indispensable en días de lluvia: si elijes uno largo puede cubrir hasta el 80% de las prendas interiores. Además, son inmunes a casi todos los cambios climáticos: son ligeros, fáciles de llevar incluso doblados sobre el brazo, y no abrigan en exceso, como sucedería con otros abrigos más consistentes. El trench hoy en día también se ha alejado mucho de aquella prenda caqui de la Primera Guerra Mundial: entallados, con forro interior estampado, y bolsillos y hombros estructurados, son una prenda hiper femenina que a menudo encontramos en colores neutros que funcionan con todo.
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