Con la semana Haute Couture en París se reaviva el gran cuestionamiento de los amantes de la moda, ¿qué es considerado Alta Costura? Y es que aunque pareciera que se trata de un título que se puede usar a la ligera en la descripción de los diseños más vistosos, la realidad es que es una denominación que se consigue a través de criterios muy bien establecidos y difíciles de conseguir. Es la Chambre Syndicale de la Haute Couture a través de la French Chamber of Commerce que decide quiénes pueden contar con esta clasificación y participar en la exclusiva semana de la moda.

El selecto club encabezado por la firma francesa por excelencia, Chanel, requiere de una invitación y solicita a sus miembros el cumplir con una estricta lista de lineamientos. El primero y más simple de los requisitos es tener un atelier en Francia con un mínimo de 15 empleados que se hagan cargo de la manufactura dentro del país europeo y por lo menos 20 personas a cargo del aspecto técnico. Y éste es solo el inicio de un largo camino que solo algunas afortunadas firmas pueden cumplir.

Parte del compromiso de ser miembro de este exclusivo club es el presentar dos colecciones al año en París con un mínimo de 75 diseños entre las dos temporadas, así como dar la oportunidad a los compradores de consumir sobre pedido, y no, la tradicional novia que cierra estos shows no es parte de los requisitos conocidos.

Los miembros ‘oficiales’ son de origen francés como Dior y Chanel, mientras los extranjeros tienen un lugar entre los ‘corresponsales’, como es el caso de Valentino y Armani. El año pasado, sólo doce firmas contaban con la denominación de forma oficial y algunas de las casas más famosas del mundo recibían la invitación para pasar por el procedimiento de acreditación.

Kendall Jenner y Gigi Hadid, protagonistas del desfile couture de Chanel

Con sus inicios en el siglo 18, se dice que la Haute Couture comenzó en épocas de Luis XIV, aunque no fue sino hasta 1858 que un diseñador dio pie a la tradición anual de presentación de colecciones. Desde su creación, son pocas las firmas que han decidido mantenerse con esta denominación ya que cuesta mucho trabajo sostenerla y es poco redituable. En una industria en la que solo un puñado de personas tiene acceso a comprar sus piezas por los altos costos, el ser portador del título Alta Costura es todo un lujo.

Aunque es sabido que las colecciones Haute Couture no representan ganancias reales para las maisons, las empresas insisten en mantenerse como miembros, sobre todo por el prestigio y sentimiento de lujo que por su tradición evoca. “La Alta Costura es lo que le da al negocio su esencia natural de lujo”, explicaba Bernard Arnault de LVMH a The Telegraph hace algunos años, confirmando que aunque no es redituable, es parte muy importante de la industria.

Y aunque todos quisieran ser parte de esta denominación, hay quienes creativamente han esquivado el difícil proceso. Versace se ha decidido por usar el nombre Atelier Versace y presentar su colección solo un día antes de que comience la semana oficial, mientras que Dolce & Gabbana lo llama Alta Moda y se rige bajo sus propias normas fuera del calendario habitual.